Rechazo existe en el sector pesquero artesanal de la Región del Biobío frente al proyecto Terminal Marítimo de Gas Natural Licuado (GNL) Penco Lirquén y próximamente Talcahuano, que se construirían en la bahía de Concepción, lo que -aseguran las mujeres y hombres de mar- será un nuevo atentado a la pesca artesanal de la zona, por cuanto no se entregó la información acerca de los efectos de su instalación y las restricciones.
Cabe destacar que esta nueva iniciativa vendría a reemplazar el antiguo proyecto Octopus, ampliamente rechazado por la comunidad y autoridades locales y que hoy, según lo manifestado desde la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (Conapach), vuelve a presentarse con las mismas deficiencias, por lo que la comunidad, incluidos los pescadores, han rechazado terminantemente su instalación.
«Este proyecto está afectando al sector pesquero artesanal en su conjunto, no solo bentónico sino también pelágico, porque se instalará en zonas reconocidas como caladeros históricos de la pesca artesanal. Pensamos que así como el Gobierno aplica el ‘enfoque precautorio’ para asignar cuotas de pesca, de la misma forma, debería pensar a la hora de evaluar proyectos tan invasivos como este, que destruye zonas de desove y por ende caladeros pelágicos de sardina y anchoveta», argumentó el presidente de la AG Pescadores Artesanales San Vicente, César Jorquera.
Y agregó que con los dos proyectos que están en carpeta, GNL Penco Lirquén y luego GNL Talcahuano, quedará «totalmente cerrada» la bahía de Concepción. «Los pescadores artesanales sentimos que están echando por tierra todo el trabajo que hicimos en la Ley de Pesca por conseguir la primera milla exclusiva para el sector, la misma que el Gobierno señala centrará sus esfuerzos para su crecimiento y desarrollo», enfatizó el también director de la Conapach.
Según Jorquera, para ver los alcances que tiene la industrialización de las bahías, es «solo cosa de mirar el estado de la bahía de San Vicente», la que por su alta carga de actividad industrial terminó por restringir toda actividad pesquera artesanal, «no sirviendo para nada la reserva de la primera milla. El mismo caso en el golfo de Arauco, la que después de la instalación de la celulosa y de las termoeléctricas terminó drásticamente afectada por contaminación y cambios de temperatura en sus aguas, con los consiguientes perjuicios para la actividad artesanal», concluyó el dirigente.