Desde el 20 de mayo y por nueve días que las Aduanas en el país estuvieron prácticamente paralizadas -solo hubo turnos éticos menores-, con lo que las industrias exportadoras se vieron afectadas de múltiples maneras. En el caso del salmón, se vio afectado tanto en el movimiento aéreo como en el marítimo. El hecho que la Aduana del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de la ciudad de Santiago (Región Metropolitana) no estuviera operando provocó que todos los camiones –alrededor de 200– que llegaron desde el comienzo del paro no hayan tenido movimiento.
El vicepresidente de la Asociación Logística de Chile A.G. (ALOG), Werner Knust, afirmó que «lo peor de este paro, en el caso del salmón, fue que al no cumplir con los clientes en el extranjero, Chile está perdiendo importantes contratos. Incluso, Noruega, nuestro máximo competidor, entra a nuestros mercados, afectándonos fuertemente y haciendo que todo el esfuerzo por entablar buenas relaciones con otros países, nada valga. En el caso marítimo, el producto no ha podido salir y con esto, ha habido muchos efectos colaterales que están afectando el proceso», argumentó el ejecutivo.
En cuanto al cálculo, estimó que la industria perdió alrededor de US$20 millones en cargas que van por transporte aéreo, mientras que por mar las pérdidas alcanzaron hasta los US$40 millones.
«Entendemos que el Servicio de Aduanas necesita modernizarse y tener una mayor dotación de personal, pero no entendemos cómo el Estado no reaccionó rápidamente y de la forma correcta, ya que esto afecta a la industria de manera transversal», enfatizó el también gerente general de Andes Logistics.
Para cerrar, subrayó que la industria salmonicultora chilena está pasando por un problema «grave y esta contingencia fue inaceptable. El Estado debe incentivar que estas situaciones tengan una duración menor, no puede ser que estemos ‘al tira y afloja’ por más de una semana y sin ver el horizonte. Esto fue muy dañino para el país», finalizó Knust.