(La Segunda) Un complejo panorama vive en estos momentos el grupo Errázuriz (o Inverraz) tras encontrarse bajo la investigación de una serie de organismos fiscalizadores —Ministerio Público, Servicio de Impuestos Internos (SII), Aduanas y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca)— tras detectarse una serie de irregularidades en torno a sus negocios de exportación de yodo, y de producción y venta de harina de pescado.
Este grupo hoy es liderado por Francisco Javier Errázuriz Ovalle, hijo del fundador del conglomerado, el ex senador y ex candidato presidencial Francisco Javier Errázuriz Talavera —declarado inimputable por razones de salud—. Un holding que el año pasado debió afrontar el allanamiento de sus oficinas en Santiago (Región Metropolitana) y la incautación de documentos y computadores por eventual fraude aduanero y tributario con exportaciones de yodo.
Pero ahora, esta semana se acaba de escribir un nuevo capítulo en torno al conglomerado, luego de que el Sernapesca concretara en la Región del Biobío dos incautaciones de más de 7.588 toneladas de harina de pescado ilegal, desde bodegas pertenecientes a Salmones de Chile Alimentos S.A. (en Coronel y Cabrero) y de Pesquera Bahía Coronel S.A., ambas pertenecientes al grupo Errázuriz.
La investigación del Sernapesca, que sigue en curso y podría implicar nuevos decomisos, detectó la existencia de harina de pescado carente de acreditación legal (equivalente a la captura de 40.000 toneladas de sardina y anchoveta no registradas) e implicó —por el momento— la citación de los responsables de ambas empresas a tribunales de policía local de la Región del Biobío.
Paralelamente, el Sernapesca ofició al SII para que investigue posibles delitos tributarios en la comercialización dentro de Chile de este producto para la alimentación animal.
Alerta en la fiscalía
La noticia de los decomisos activó las alarmas en el Ministerio Público, que detectó ciertas similitudes con la investigación que lleva sobre el grupo por irregularidades en la exportación de yodo. La fiscal Ximena Chong, que lleva el caso, consultada sobre este nuevo escándalo dijo: «Tenemos establecido como elemento de la investigación que las empresas del grupo funcionan básicamente como un grupo de empresas con un nivel central de organización. Es decir, hay un mando central que es el que despliega las estrategias de comercialización en todas las empresas que forman parte del grupo. Acá la regla general es que todos responden a Francisco Javier Errázuriz Ovalle».
«Para nosotros como fiscalía, ese solo sería un elemento de contexto en relación con los delitos aduaneros como tributarios, ya que ambos son de instancia previa de las instituciones respectivas», el SII y Aduanas, es decir «son querellas nominativas».
Hasta el momento, en esta investigación contra el grupo se ha establecido que no coinciden los montos de exportación de yodo declarados en Chile con los recibidos en los puestos de destino, factor que estaría acreditando irregularidades aduanares y tributarias, dijo Chong.
Grupo Errázuriz
El grupo Errázuriz ha desarrollado una amplia actividad desde sus orígenes: Participa en la minera (yodo), a través de pertenencias en el norte, explota el rubro automotriz —representando a algunas marcas de origen chino (tras perder la representación de Nissan)— y desarrolla el negocio pesquero.
Considerado hace un par de décadas uno de los más grandes del país, los problemas vinculados a su fundador, Francisco Javier Errázuriz, entre ellos, la pérdida de Banco Nacional, la venta de Unimarc, algunos escándalos judiciales con bancos acreedores extranjeros y su frustrado intento por llegar a la presidencia de la república (tras fundar el extinto Partido de Centro Centro), iniciaron su caída.