«Un proceso muy dinámico de transferencia y adaptación de tecnología en los años 80, promovido esencialmente por Fundación Chile, fue fundamental para desencadenar la industria del salmón en el país. Esto permitió un proceso innovador efectivo y exitoso que creó en cuestión de poco más de tres décadas un nuevo sector económico relevante en el país, que actualmente produce alrededor de 900.000 toneladas, lo que representa más de 5 mil millones de dólares en exportaciones a más de 70 países, y que involucra a alrededor de 30.000 trabajadores».
Así comienza escribiendo el director ejecutivo de ORBE XXI y también del Club de Innovación Acuícola, Adolfo Alvial, en una editorial publicada en Journal of Aquaculture and Technical Development, en donde prosigue subrayando que ese éxito inicial de la industria se basó también en condiciones ambientales muy buenas para el cultivo de salmón y trucha, disponibilidad de profesionales e investigadores locales bien calificados, materia prima crucial, específicamente para alimentos, suministrada por la industria pesquera y agroindustrial de Chile y países vecinos, y un marco legal que estimuló la inversión en esta actividad, particularmente en las zonas remotas y más pobres del sur del país.
«El segmento de proveedores, siempre crucial en la contribución de la innovación en la industria, inicia hoy un nuevo tiempo apoyando una industria del salmón mucho más competitiva y sostenible hacia el futuro. Una buena síntesis de estos hechos es el recientemente creado Club de Innovación Acuícola que reúne a empresas de base tecnológica que desean reforzar sus capacidades individuales y asociativas, cocrear en áreas de interés mutuo, establecer una potente colaboración en red y penetrar conjuntamente en otros mercados, tomando ventaja de su experiencia», sostiene Alvial.
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A su juicio, «este prometedor ecosistema de I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación) tiene el potencial de contribuir a resolver pronto los desafíos sanitarios que aún obligan a un alto uso de terapias, el uso de cuerpos de agua en armonía con su capacidad de carga, nuevas tecnologías para desarrollar tecnologías eficientes y seguras en alta mar y RAS (sistemas de recirculación en acuicultura) que permite disminuir la presión en la costa y eventuales conflictos con otros usuarios de la zona», dice el representante del Club de Innovación Acuícola, para quien «la industria ha enfatizado en iniciativas integradas para resolver sus principales desafíos, creando proyectos asociativos con el objetivo de establecer buenas prácticas y recomendaciones en todas las fases de la cadena de valor, demostrando muy buenos resultados y mejorando el crecimiento sostenible».
Para más detalles, descargue aquí la editorial escrita por Adolfo Alvial >> Active and Associative R+D+I Reshaping the Future of Chilean
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