El pasado martes 14 de noviembre se conoció que Felipe Sandoval Precht ponía fin a casi cuatro años como presidente de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile).
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En la oportunidad, decía irse «muy satisfecho con la gestión del equipo, pues logramos aportar decididamente a la construcción de un modelo productivo más eficiente y sustentable; y porque iniciamos un camino sin vuelta atrás en materia de transparencia y vinculación con la sociedad».
Pero para ahondar en las razones de su alejamiento y conocer lo que fue su paso por el gremio salmonicultor, AQUA dialogó con Sandoval.
Usted asumió la presidencia de SalmonChile en 2014. ¿Considera que cumplió con los objetivos encomendados por la administración?
En una industria tan relevante y que está creciendo con constantes cambios, siempre tiene y quedan desafíos. Respecto al plan inicial, creo que como equipo de SalmonChile e Intesal (Instituto Tecnológico del Salmón) cumplimos con lo propuesto en las diferentes áreas.
Avanzamos en los mercados y ciencia, se mejoró el modelo productivo, sabiendo que aún queda mucho por avanzar en ese aspecto y además, dimos pasos importantes en materia de sustentabilidad a nivel gremial, con índices en transparencia y cercanía con el entorno.
De los logros o avances alcanzados durante su presidencia, ¿cuál o cuáles le enorgullecen más?
Hicimos muchas cosas, pero la más relevante fue proyectar con decisión a SalmonChile hacia la sostenibilidad social. Con ayuda de expertos pusimos en marcha un nuevo modelo de vinculación con la sociedad y estamos avanzando. Llevamos 16 meses trabajando con mayor compromiso con el territorio, más atentos a escuchar a los actores sociales. Hemos trabajado con vecinos, con pescadores artesanales, dirigentes de los trabajadores del sector han asistido a nuestros directorios y en enero pasado publicamos nuestro Primer Informe de Sustentabilidad, hecho inédito en la industria alimenticia. En septiembre publicamos el segundo, correspondiente a 2016, y en marzo próximo entregaremos las cifras 2017. Estamos hablando con hechos. Entramos en un camino sin retorno.
En relación con los mercados, en marzo pasado lanzamos el «Chilean Salmon Marketing Council», cuyo objetivo es difundir en Estados Unidos, nuestro principal mercado, las enormes bondades del salmón chileno. Y renovamos la campaña «Salmón de Chile» en Brasil, que ha servido para potenciarnos en Latinoamérica. Son avances importantes en la construcción de imagen y creación de valor para nuestros productos.
Además, se avanzó en la sostenibilidad del proceso productivo. Para construir una mejor industria de cara a los próximos 30 años, avanzamos en el desarrollo de ciencia e I+D (Investigación y Desarrollo). Se creó el Centro de Enfermedades, un trabajo conjunto con Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura), que traerá grandes resultados en la investigación del SRS, enfermedad bacteriana muy nociva. Y hubo iniciativas de diferentes empresas, como el proyecto de BlueGenomics o el Centro de Salud de Peces de Cargill, ICTIO y el INCAR (Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola), que implican una inversión de US$60 millones de dólares en I+D, que apunta a mejorar la sustentabilidad del sector y su competitividad.
¿Cuáles diría que son los momentos más difíciles que le tocó vivir?
La vida gremial es intensa y está llena de desafíos. Acá viví grandes momentos, pero si tuviera que recordar uno complejo, diría que fue la crisis social de Chiloé, en mayo de 2016. Se culpó injustamente a la industria por la presencia de marea roja en la zona, lo que fue desacreditado por científicos independientes nombrados por el Gobierno. Sin embargo, ese hecho fue un catalizador para avanzar con decisión en nuestra nueva mirada, en nuestra agenda de sostenibilidad social.
En el último tiempo, los gerentes de SalmonChile e Intesal salieron o anunciaron su alejamiento del cargo. Por otra parte, usted también finalizará su ciclo. ¿Por qué cree que se está dando esta situación y cómo se le dará continuidad al trabajo que se venía realizando?
Cada cual tiene sus razones personales que se proyectan en el futuro. En mi caso, decidí no continuar porque cumplí una etapa, un ciclo de cuatro años y tengo la convicción de que un sector tan relevante para Chile como la industria del salmón, requiere de una constante renovación y el aporte permanente de nuevas miradas. Junto con mi equipo, cumplimos con el mandato que se nos encomendó y avanzamos decididamente en la integración del sector.
¿Cómo definiría la relación que se ha tenido con las autoridades acuícolas-pesqueras?
Desarrollamos un diálogo técnico permanente con la autoridad y que concluyó en modificaciones reglamentarias que permiten un modelo productivo más sustentable y eficiente y que otorga mayor estabilidad laboral a los cerca de 70.000 trabajadores del clúster del salmón. Se implementó un esquema que incentiva que las empresas se incorporen a un modelo de crecimientos y/o decrecimientos acotados de producción en base a indicadores sanitarios y ambientales, para encaminarla en una senda de sustentabilidad y competitividad en el largo plazo. Es un cambio positivo, pero necesita ajustes.
Se sabe que usted será director de Camanchaca. ¿Qué rol estima que desempeñará en esta instancia? ¿De qué otra forma seguirá apoyando a la actividad acuícola del país?
Sí, me nombraron director de Salmones Camanchaca.
Esta es una forma de ocupar mi experiencia en el servicio público, en la dirección gremial y también en el mundo privado, en pos del desarrollo de la salmonicultura. Dado que llevo muchos años ligado al sector, mi interés es siempre seguir aportando al progreso de la industria del salmón y la acuicultura en general.