La evolución del FCR en la industria del salmón de Chile

Ene 12, 2015

Actualmente, el promedio en Chile es de un factor de conversión económico de 1,54 para el salmón Atlántico, de 1,29 para el salmón coho y de 1,66 para la trucha.

El FCR es el factor de conversión de alimento (cuántos kilos de alimento se necesitan para producir un kilo de salmón) y la diferencia está si se considera o no la mortalidad (económico y biológico, respectivamente). Este indicador, muy importante para el presupuesto de las productoras de salmónidos, puede ser variable entre especies, centros de cultivo, empresas e incluso dentro de estas mismas.

Óscar Garay, quien es gerente de Farming de Salmones Magallanes y consultor acuícola, explica que lo que hace variar el FCR «es la especie, el tipo de dieta, la estrategia de alimentación, el estado sanitario de los peces, la mortalidad, el tamaño de los peces, la temperatura del agua y otros factores ambientales; además de parásitos como el cáligus, factores estresantes como ataques de depredadores y actividad humana excesiva (presencia de embarcaciones, cosecha en las jaulas aledañas, entre otros)», precisa el también Senior Adviser de Atlantium Technology.

Alfredo Tello, investigador del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), dependiente de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile), ahonda que el FCR tiene incidencias productivas/económicas y ambientales.

[cita align=»alignleft»]Entre 2011 y 2013 el factor de conversión empeoró, pero se ha ido recuperando este año, fundamentalmente en ciclos cerrados de salmón Atlántico»[/cita]»Entre 2011 y 2013 el factor de conversión empeoró, pero se ha ido recuperando este año, fundamentalmente en ciclos cerrados de salmón Atlántico», subraya Tello, añadiendo que las cargas de cáligus «son un factor que influye significativamente en el FCR y que representa una diferencia significativa en el factor de conversión económico».

Agrega que, por regiones, los mejores FCR de la industria se encuentran en la Región de Magallanes; y la diferencia de la industria entre FCR biológico y FCR económico, también es menor en el austral territorio.

Factores ambientales

Mauricio Gavilán de BioMar Chile complementa que los efectos ambientales dentro de las jaulas son altamente variables en el tiempo y en el espacio, y entre las incidencias destacan la temperatura, oxígeno, salinidad, fotoperiodo y corriente. «Al conjugarlas, lo que pasa en las jaulas es un proceso de compensación activa, es decir, un punto de la columna de agua que les entregue el equilibrio de esos factores a los peces», explica el representante de BioMar.Centro de cultivo de salmón de salmónidos en la Región de Los Lagos (Archivo Editec)

Sobre la temperatura, sostiene que varía con la profundidad y los perfiles verticales son normalmente estación-dependientes. «Los salmónidos dentro de las jaulas claramente se posicionan verticalmente en relación con la temperatura. Esta es el factor ambiental clave que influencia la distribución vertical de los peces (termorregulación activa), y está relacionada con la densidad y profundidad de nado», precisa Gavilán.

Rodrigo Solervicens de EWOS Chile ahonda que entre los múltiples factores que afectan el resultado productivo, además de las variaciones de oxígeno, temperatura, salinidad y luminosidad, «se encuentran variables operacionales como la estimación de la biomasa, la calibración de equipos de alimentación, la densidad de cultivo, entre otros».

Cifras

Durante la crisis del virus de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISAv), época cuando la productividad era ampliamente inferior a la actual, el peso de cosecha promedio era de 3,501 kg y la relación era de 2,23 kg/smolt; mientras que una vez saliendo de la crisis, ya con una alta productividad, se ha registrado un peso de cosecha de 4,976 kg y una relación de 4,51 kg/smolt. Mientras que el FCR se ha ido acotado desde 1,57 hasta alcanzar 1,48.

Ahora bien, actualmente el promedio en Chile es de un factor de conversión económico de 1,54 para el salmón Atlántico, de 1,29 para el [cita align=»alignright»]Para el FCR biológico, los valores son 1,22, 1,39 y 1,37, respectivamente para coho, Atlántico y trucha[/cita]salmón coho y de 1,66 para la trucha. «Habiendo centros de salmón Atlántico que cerraron en 1,22 como los mejores», detalla Garay.

En relación con los mismos indicadores para el FCR biológico, los valores son 1,22, 1,39 y 1,37, respectivamente para coho, Atlántico y trucha.

A modo de referencia, el salmón Atlántico en Noruega presenta valores promedio de 1,25 para el FCR económico.

«Esos valores son los promedios; pero lo que se vislumbra de ellos es que al existir una alta variabilidad entre empresas, e inclusos entre centros de una misma compañía, indica que se pueden lograr valores tan bajos como los noruegos. Si un centro puede tener 1,22 de FCE (factor de conversión económico) en Atlántico, por qué los otros no. El potencial está», enfatiza Óscar Garay.

Cómo mejorar

Al analizar los desafíos para mejorar este indicador, Kevin Frank, investigador del Sintef Fisheries and Aquaculture, aduce que es determinante conocer en detalle el peso promedio y la distribución de los peces en las jaulas, eso sí, como la tendencia es a tener jaulas más grandes, llama a no escatimar esfuerzos a la hora de implementar nuevas herramientas para afinar los conteos.

«La perspectiva futura es tener un sistema integrado y mejorar la tecnología. Que los wellboats tengan la capacidad para contar con precisión. También incluir el uso de rayos X (proyecto del Sintef), sonares, algoritmos, PIT antena, entre otros», enumera el científico de uno de los centros de investigación acuícola más reconocidos en el mundo.

Sobre las nuevas tecnologías, puntualiza en un tipo de sonar que a través de imágenes y video determina la especie, entiende los comportamientos, detecta enfermedades y cubre un mayor volumen de análisis.

Archivo EditecFrank también llama a modernizar las tecnologías para alimentación. «Debemos trabajar para que los nuevos tipos y tamaños de pellets se distribuyan homogéneamente en las jaulas, y siempre saber si los alimentos están ingresando al agua. Además, necesitamos documentación, datos, I+D (Investigación y Desarrollo). Debemos tener conocimiento sobre cómo se comportan los sistemas de alimentación y también los peces a lo largo de las 24 horas del día, no solo en horario diurno. En definitiva, que cada pellet llegue a un pez y que cada pez alcance un pellet, así de simple», enfatiza.

Por su parte, Agustín Adasme de Skretting Chile subraya que la eficiencia en la utilización de los recursos y las materias primas de origen vegetal y animal ha permitido que con menos insumos marinos se alcancen los mismos rendimientos dietarios. «Por ejemplo, se ha reducido a la mitad el uso de aceite marino en las dietas. Esto es evidencia de lo eficiente que estamos siendo en el uso de los recursos y de las materias primas, puesto que los FCR son similares», puntualiza Adasme.

Sobre los factores de formulación de una dieta, explica que el costo de la misma está determinado por el costo productivo de un kilo de salmón. «El costo de la dieta incluye: fórmula, materias primas, nutrientes y requerimientos + desempeño productivo. Si el potencial de la dieta logra cubrir el costo de producción estimado, entonces será rentable», argumenta el representante de Skretting Chile, añadiendo que los productores deben realizarse algunas de las siguientes preguntas: ¿Cuál es el costo de la eficiencia? ¿Cuánto cuesta elaborar una dieta que tenga un FCR mayor? ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por una buena dieta? ¿Cuál es el costo del crecimiento?

«Lo que se deben preguntar los productores es si están las condiciones en su sistema productivo y económico para utilizar una dieta con un costo mayor», puntualiza Adasme, concluyendo que el «FCR sí es un buen indicador de eficiencia pero no solo productiva, sino económica, de rentabilidad. El tema, en definitiva, es cómo le sacas mejor provecho».

Todo el detalle del escenario actual del FCR en la salmonicultura chilena lo puede encontrar en la próxima edición de Revista AQUA, que comenzará a circular en febrero.

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