Tras trece días de trabajo en el seno de Reloncaví, región de Los Lagos, producto del hundimiento del centro de cultivo «Caicura», la empresa Salmones Blumar entregó durante la tarde de este viernes 10 de julio su séptima declaración pública desde ocurrido el siniestro.
A continuación la reproducimos íntegramente:
¿Qué pasó el día del hundimiento?
– El viernes 26 de junio pasado hubo un inusual y agresivo temporal con un persistente viento este o «puelche», copiosas lluvias, intenso oleaje y fuertes corrientes marinas de vaciante del estuario (de Reloncaví) que afectaron a nuestro centro «Caicura», en la costa de Hualaihué (provincia de Palena).
– El equipo que estaba en el centro durante el temporal tomó todas las medidas preventivas y, en la madrugada del sábado 27, tanto ellos como el área de operaciones de Blumar advirtieron que se avecinaba una emergencia y activaron los protocolos.
– Junto con alertar a embarcaciones cercanas y solicitar ayuda, se inició un exitoso proceso de evacuación del personal al constatar que las jaulas del centro comenzaban a hundirse. Inmediatamente informamos a las autoridades y activamos el protocolo de escapes para hacer frente a esta situación.
– Gracias a la correcta implementación de nuestros protocolos, no hubo que lamentar pérdidas humanas.
Aviso a fiscalizadores
– El aviso de escape a los organismos fiscalizadores se hizo cumpliendo con toda la normativa, de manera proactiva y oportuna. Esto nos permitió iniciar un trabajo directo con las autoridades marítimas, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), coordinación que mantenemos.
– Implementamos un plan para dar cumplimiento a las exigencias que nos impuso la SMA (sobrevuelos de la zona, monitoreo submarino, entre otros) y rápidamente convocamos a pescadores artesanales, con quienes fijamos un precio de recaptura de $10.000 por salmón.
– Hoy trabajamos con 502 pescadores, cuya cooperación ha sido muy importante para recuperar 23.612 salmones hasta la fecha.
Despliegue
– Una vez ocurrido este lamentable accidente producto del mal tiempo imperante en la zona, desplegamos a un equipo de 50 personas de la empresa abocado exclusivamente a labores relacionadas con este hundimiento.
– También organizamos una compleja logística para retirar diariamente las capturas a lo largo de toda la costa, así como un sistema para pagarles dos veces a la semana a los pescadores artesanales. Todas las capturas de salmones escapados son trasladadas a la planta La Portada, donde son contabilizadas por la autoridad.
– Al mismo tiempo, nuestro personal técnico comenzó la exploración del fondo marino con un robot ROV (acrónimo del inglés Remote Operated Vehicle; en español, Vehículo Operado Remotamente) capaz de llegar a 300 metros de profundidad. Gracias a esto y a un esfuerzo humano y técnico, en cinco días logramos visualizar doce jaulas hundidas con peces en su interior, a 295 metros bajo la superficie.
– Para determinar con mayor precisión el número de peces que habría al interior de las jaulas, contratamos un segundo robot ROV, con mayor capacidad de exploración (1.000 metros de profundidad) y con una sonda multihaz capaz de modelar la topografía del fondo marino y captar imágenes que serán analizadas por un equipo experto.
– Hay un despliegue de diez naves en diferentes tareas junto con las embarcaciones de los 502 pescadores artesanales; dos robots sumergibles ROV de alta tecnología; drones y un avión para sobrevolar la zona, además de toda nuestra logística al servicio de la búsqueda y recuperación de las jaulas, así como a la captura de las especies escapadas.
Magnitud del escape
– En Blumar somos los más interesados en determinar en cuanto sea posible la cantidad de peces que habrían escapado a raíz de este inusual temporal.
– Entendemos que este es un tema de interés tanto para las autoridades como para las comunidades locales, por lo que estamos trabajando seriamente para aclarar este punto, lo que ha sido difícil por múltiples factores, entre estos, las malas condiciones climáticas y la profundidad de casi 300 metros en la que se encuentran las jaulas.
– Gracias al uso de robots submarinos ROV localizamos doce jaulas, hallazgo que nos permite estimar que la cantidad de peces escapados es muy inferior a los 875 mil que había en el módulo. Gran parte de esos peces se hundieron junto con las jaulas, por lo que el escape sería menor a lo originalmente estimado.
– Contactamos a especialistas externos para asesorarnos en distintas materias, así como en los pasos a seguir para evaluar la factibilidad potencial de recuperar la estructura hundida a esa profundidad, y la evaluación ambiental asociada.
Sobre el centro de cultivo
– Lleva operando cuatro ciclos productivos, período en el que enfrentó muchos temporales, ninguno como este último. Y tiene todas sus mantenciones al día, lo que implica la revisión sistemática de cables, líneas de fondeo, redes y estructura de las jaulas, entre otros aspectos.
– Se construyó en base a una acuciosa memoria de cálculo que estudió las diferentes condiciones de la zona, según los protocolos del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (SHOA) de la Armada. Es decir, el fabricante lo construyó tomando en cuenta información real sobre el oleaje (frecuencia y magnitud), el viento y las corrientes submarinas, entre otros, con factores de seguridad según normas internacionales reconocidas.
– «Caicura» es un centro especialmente modelado, dimensionado y construido para la realidad de su entorno. Se trata de un centro con un 50% de resistencia adicional en sus redes peceras y con jaulas especialmente diseñadas para enfrentar corrientes de 2 nudos y olas de 4 metros de altura.
«Como compañía continuaremos con nuestras tareas para recapturar peces; buscar y rescatar la infraestructura hundida; e informar con transparencia a las comunidades, autoridades, líderes locales y medios de comunicación», cerró Blumar en su declaración pública.
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