Durante el segundo semestre del año 2015 y el primero de este 2016, la línea de vinculación de pesca artesanal y acuicultura del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) se encuentra desarrollando un estudio financiado por el Fondo de Administración Pesquero (FAP) licitado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura y que lleva por título «Asistencia para el Desarrollo de Estudio de Situación Base de Área y Seguimiento en Áreas de Manejo de la Región de Aysén».
De acuerdo con lo detallado en el sitio electrónico del CIEP, el estudio intenta mejorar la condición de las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERBs) en distintas áreas del litoral. «La idea es actualizar la información sobre la situación de las 246 AMERBs que hoy existen en la Región de Aysén y, de este modo, seleccionar aquellas susceptibles de hacerles seguimiento o bien comenzar a ser trabajadas conjuntamente con las organizaciones de pescadores interesadas en explotarlas», precisó el centro de investigación.
Las AMERBs son un instrumento de asignación de derechos territoriales destinados a organizaciones de pescadores legalmente constituidas, cuyo fin es mejorar el manejo y conservación de los recursos bentónicos (organismos con poca movilidad y asociados al sustrato) presentes en dicha área, ya sea en sectores geográficos ubicados en la franja costera de las cinco millas reservadas a la pesca artesanal o en aguas terrestres e interiores.
A agosto de 2015, sin contabilizar las AMERBs que están en trámite, suspendidas, rechazadas, no tramitadas, no renovadas, sin tramitar o tienen algún problema con las coordenadas, se contabilizan 75 AMERBs en estados: disponibles, operativas y operativas en duda. Sin embargo, solo doce de ellas se encuentran operativas con seguimientos o con Estudio de Situación Base (ESBA) al día, 40 están con sus plazos vencidos (operativas en duda) y 23 en categoría de disponibles.
El estudio se ha dedicado a la medición de los recursos bentónicos en términos de sus componentes biológicos y productividad, realizando prospecciones de sustrato y batimetría (medición de las profundidades del mar) y caracterizando la comunidad bentónica a través de abundancias, biomasas y estructura de tallas de las especies principales y secundarias, describiendo la estructura comunitaria en las áreas de estudio, a través de índices comunitarios (e.g. abundancias, biomasas, riqueza de especies, distribución de tamaños, dominancias, uniformidad) y estimando su producción secundaria.
Parte de este trabajo fue realizado durante la última campaña de diez días en el mes de enero por el equipo encabezado por la investigadora residente del CIEP y coordinadora de la línea de pesca artesanal y acuicultura, Madeleine Hamamé, en conjunto con los biólogos Paula Ortiz y Humberto Pavez.
«Los pescadores artesanales tienen asignaciones de derechos territoriales en el mar, como tener una ‘parcela marina’; pero para mantener ese derecho deben hacer evaluaciones anuales, en algunos casos pueden ser bianuales, y de los recursos que están asociados al sustrato que generalmente son erizo (Loxechinus albus) y loco (Concholepas concholepas). Entonces tienen que hacer evaluaciones para tener un plan de manejo, y este indica cuánta cuota pueden sacar, por ejemplo, puede ser 10.000 locos o 20 locos, y esto tienen que hacerlo anual. Entonces, nosotros postulamos a esta licitación para que los pescadores que tienen vencida su área de manejo o que no han realizado su plan de manejo la tengan regularizada, es decir, que estén operativas, como le llaman en términos de la Subpesca», explicó Hamamé.
En base al cruce de toda la información recopilada se realizó una selección de las organizaciones de pescadores artesanales que tienen mayor potencial para desarrollar sus AMERBs, nuevas o ya establecidas y se sacaron algunas conclusiones preliminares entre las que cabe mencionar que, «la mayor parte de las áreas de manejo están muy lejos, sobre todo en esta región, entonces hay que ahí elaborar un ordenamiento territorial, donde el área de manejo pudiera estar cercano al pescador, porque hay áreas de manejo que están a dos horas de la localidad y otras hasta a quince horas de Puerto Aysén, entonces muy difícilmente irán hasta esos lugares a buscar los recursos, por lo que debe haber un ordenamiento. Y lo otro, capacitar a los pescadores porque es difícil pasarlos de ser extractores a cultivadores», sostuvo la investigadora residente del CIEP.
También el estudio se apoyó de un levantamiento de información socio-económica realizado a través de encuestas que en conjunto permitieron seleccionar siete organizaciones en Islas Huichas para efectuar tres seguimientos y cuatro estudios de situación base, dos organizaciones en la localidad de Puerto Gala para llevar a cabo dos seguimientos, dos en la localidad de Puerto Aysén para dos seguimientos, tres en la comuna de Guaitecas para dos seguimientos y un estudio de situación base, y una en la localidad de Puyuhuapi para realizar un seguimiento. En total, diez seguimientos y cinco estudios de situación base.
Posterior a esta selección, complementaron desde el CIEP, se han desarrollado diversos talleres y capacitaciones para los integrantes de estas organizaciones sobre la normativa asociada tanto a la solicitud de un área de manejo como también con la normativa asociada a acuicultura de pequeña escala en áreas de manejo, por ejemplo, el cultivo de luga negra y roja, mitílidos, piure, engorda de locos, entre otras alternativas de diversificación productiva.
Las capacitaciones se realizaron en las localidades de Puerto Aguirre, Puerto Aysén y Melinka, mientras que las campañas de terreno, talleres y seguimientos continuarán al menos durante los siguientes seis meses.
Presione aquí para ver la nota original publicada por el CIEP.