Lamentan muerte de empresario pesquero japonés que hizo fortuna en Magallanes

Ago 11, 2016

Veinticinco años después de haberse establecido en la Región de Magallanes, la muerte sorprendió a Hitoshi Hanaoka buceando en el mar mientras extraía huiro frente a su Planta Pesquera Hanamar, en el sector de Río Seco, comuna de Punta Arenas.

(La Prensa Austral) En 1997 el empresario japonés Hitoshi Hanaoka batió un récord. Exportó al mercado nipón $4.000 millones de pesos en lenguas de erizos desde la Región de Magallanes, en el sur-austral de Chile. Así se vivía la fiebre por el apetecido recurso marino. Hanaoka se convertía en el «Rey del erizo», apelativo que también recibió quien fuera su socio en sus inicios, el industrial José Sánchez.

El ciudadano japonés llegó a dar trabajo a más de 700 personas y entregó medio centenar de embarcaciones a pescadores. También fue acusado de evadir impuestos por más de $2.000 millones de pesos, lo que le significó ser enviado a prisión a raíz de una querella presentada por el Servicio de Impuestos Internos (SII), aunque posteriormente fue sobreseído de los cargos.

Veinticinco años después de haberse establecido en Magallanes, la muerte sorprende a Hanaoka buceando en el mar mientras extraía huiro frente a su Planta Pesquera Hanamar, en el sector de Río Seco.

Pasado el mediodía de este miércoles 10 de agosto, personal del Samu de Punta Arenas recibió la alerta de una persona que aparentemente había sido arrastrada por el oleaje en el mar a la altura del kilómetro 11 y medio del camino a Río Seco. Hasta el lugar también se desplazó Carabineros con la idea de prestar los primeros auxilios a la víctima.

Al presentarse los servicios de emergencia, sus propios trabajadores habían rescatado del estrecho de Magallanes a Hanaoka, de 59 años, quien se encontraba recolectando huiro, una alga que se usa para la conservación de las partidas de erizos que son enviadas fuera del territorio nacional. En esas circunstancias, el conocido industrial fue atrapado en el mar por el fuerte oleaje, sufriendo un paro cardiorrespiratorio que requirió la actuación de los profesionales del Samu, que a pesar de las infructuosas maniobras de resucitación, no lograron recuperarlo, dejando de existir en el borde costero.

Un numeroso grupo de operarios de la Planta Pesquera Hanamar se desplazó hasta la playa para observar el operativo de personal del Samu, algunos de los cuales rezaban para que su jefe volviera a la vida. La emergencia ocurría a unos 50 metros del lugar donde se desempeñaban laboralmente.

Certificado el fallecimiento, se acentuó la pena y el dolor por parte de los trabajadores. Hubo quienes derramaron lágrimas. Los funcionarios demostraron un profundo cariño por su jefe.

Personal de la Armada asumió el resguardo del sitio del suceso, mientras el fiscal de turno ordenaba la concurrencia de personal especializado para la pericia del cuerpo.

Los restos de Hanaoka permanecían anoche en el Servicio Médico Legal a la espera de ser sometidos a la autopsia, procedimiento que se realizará esta mañana.

Su historia

Su compromiso con Magallanes fue siempre invertir las ganancias en la zona. Y, así lo demuestra la moderna Planta Pesquera Hanamar en el kilómetro 11,5 norte, camino viejo a Río Seco. Las instalaciones correspondían a la ex pesquera Royal.

En los primeros cinco años invirtió $2.000 millones de pesos en Punta Arenas, gracias a su exitoso negocio con el boom del erizo. El industrial pesquero llegó a la zoma a comienzos de los noventa y se instaló con una pequeña planta en calle Balmaceda, donde daba empleo a 25 personas.

Cuando se radicó en Magallanes, dominaba a la perfección el español, ya que lo había estudiado en una universidad de su país. Emigró a América por intermedio de una empresa japonesa. Siete años vivió en Argentina, donde conoció a su primera esposa, quien le dio un hijo, siendo ambos argentinos.

«Cuando llegué no tenía nada, solo un maletín. Pernocté en un hotel y compré un buzo térmico en Zona Franca. Contraté a un pescador artesanal y con su embarcación me dirigí hasta Bahía Mansa para verificar si había erizo bueno. Hasta ese momento el único erizo chileno se extraía en Puerto Montt (Región de Los Lagos). Comprobé que el erizo magallánico es de mejor calidad, más gordo y más dulce en cuanto a su sabor, siendo muy apto para su consumo crudo», relató el empresario durante una entrevista concedida a este medio.

Partió el año 1992 exportando 10 toneladas del producto, siendo su récord el año 1997, con 500 toneladas.

En la actualidad, Hitoshi Hanaoka daba empleo a más de 500 personas.

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