Estudian el acortamiento opercular en peces de cultivo

Mar 16, 2020

El acortamiento opercular puede ser bilateral o unilateral como resultado de la erosión y remodelación o simplemente de un desarrollo inadecuado (hipoplasia).

Las deformidades óseas ocurren regularmente en los centros de cultivo de peces alrededor de todo el mundo. Embriológicamente, el opérculo es uno de los primeros huesos craneofaciales en formarse y está sujeto a una variedad de anormalidades del desarrollo y adquiridas. El acortamiento opercular es una de las patologías más prevalentes en alevines y juveniles de salmónidos (y otras especies), pudiendo afectar sobre el 80% de la población.  En aquellas especies que dependen del opérculo para mover el agua a través de las branquias, el acortamiento de este disminuye la eficiencia de bombeo, aumentando la frecuencia respiratoria y de excreción. Aunque los salmónidos tienen una capacidad de reserva respiratoria, el acortamiento opercular inevitablemente comprometerá a esta, resultando en un aumento del flujo sanguíneo (hiperemia) como mecanismo compensatorio.

En el blog Fish Pathology, Carlos Sandoval, gerente técnico de VeHiCe, y Hugh Ferguson, director internacional de la misma entidad, explican que el acortamiento opercular puede ser bilateral o unilateral como resultado de la erosión y remodelación o simplemente de un desarrollo inadecuado (hipoplasia). El desarrollo óseo (osteogénesis) requiere de altos niveles de oxígeno, por lo que cualquier cosa que interfiera con un adecuado suministro de oxígeno sanguíneo al tejido en desarrollo conducirá a anormalidades.

Además de la pérdida de una respiración eficiente, el acortamiento opercular expone el tejido branquial subyacente, lo que lo predispone a daños mecánicos e infecciones. En la población en general, estos cambios conducen a una disminución de la ingesta de alimento, mortalidad variable y además, puede afectar la presentación del producto final al consumidor.

Los factores predisponentes son variados pero incluyen factores ambientales como temperatura (altas T° durante la incubación), pH, bajo oxígeno disuelto, sobresaturación de gases (lo que conduce a la enfermedad de la burbuja de gas o bubble gas disease), metales pesados, salinidad, tiempos de exposición de luz y alta carga bacteriana.

«Las alteraciones genéticas pueden llevar a una alta prevalencia de alteraciones operculares; esto se ha observado en salmón Atlántico (Salmo salar) triploide. Nutricionalmente, el acortamiento puede ocurrir por niveles inadecuados de ácidos grasos, proteínas, ácido ascórbico (vitamina C) y ácido retinoico (vitamina A). Otros factores incluyen teratógenos como verde malaquita y una alta biomasa, que posiblemente resultan en una alta carga bacteriana y elevadas enzimas proteolíticas que pueden erosionar el borde posterior del opérculo», precisan Sandoval y Ferguson.

Presione aquí para acceder a la investigación completa.

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