Globefish es una unidad dependiente del Departamento de Pesca y Acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) que es responsable de la información sobre el comercio internacional de productos del mar. En su más reciente informe sobre mercados del salmón, correspondiente a diciembre de 2015, la entidad mundial comenzó diciendo que mientras los precios del salmón noruego «permanecen altos, los exportadores chilenos enfrentan serios desafíos».
Con esto, ratifica que los problemas para la industria del país sudamericano comienzan a ser estructurales, con precios en niveles de 2012 y costos de producción muy por encima de otras naciones salmonicultoras por referencia.
«Debido a una serie de factores, la demanda por salmón chileno ha sufrido en los principales mercados y los ingresos en muchos casos se encuentran por debajo de los costos de producción. En contraste, los productores noruegos siguen disfrutando de altos precios y una demanda resiliente en la Unión Europea (UE)», puntualizó Globefish, añadiendo que en el caso del salmón silvestre, los pescadores rusos y de Alaska han estado registrando este año capturas «excepcionalmente buenas». Puntualmente en Alaska, la cosecha total registrada es la segunda más alta de todos los tiempos: 257 millones de peces.
Mercados
Globefish ahondó que los productores chilenos de salmón no solo se han enfrentado a la caída de precios, sino también a la devaluación de las monedas en algunos de sus principales mercados de destino, como Brasil y Rusia; mientras que Noruega sigue avanzando en Estados Unidos -que es el mercado más importante para Chile (actualmente representa cerca del 25% de los envíos)-, viendo crecer sus retornos en casi un 40% entre enero y septiembre de 2015.
«Los grandes mercados emergentes de Rusia y Brasil, que han representado una proporción significativa de crecimiento para el salmón en los últimos años, ya no presentan perspectivas tan atractivas para los exportadores chilenos y noruegos. De nuevo es Estados Unidos y la UE en que deben centrarse si quieren que el crecimiento de su producción actual sea absorbido», argumentó Globefish, precisando que en el país del norte «las preferencias de los consumidores han llevado a la decisión de varios grandes del retail a recurrir a salmón noruego a costa del cultivado de Chile».
Complementó, eso sí, que las tendencias de consumo actuales en los mercados desarrollados giran en torno a un estilo de vida saludable y una aversión general a los alimentos procesados, lo que significa retos y oportunidades en función de la capacidad de la industria salmonicultora para apuntar a ese tipo de segmentos. «La incapacidad para responder a las preocupaciones de los consumidores sobre sustentabilidad y estándares de calidad puede tener graves consecuencias en mercados de países desarrollados», enfatizó la entidad ligada a las Naciones Unidas.
A pesar del difícil momento, Globefish sostuvo que «algunos creen que la industria salmonicultora chilena es todavía capaz de competir con los productores europeos y superar los precios bajos y malos resultados sufridos por algunas compañías durante la primera mitad de 2015».
Agregó que la consolidación es un «paso importante para abordar los problemas de Chile», y llamó a tener presente que en la actualidad ni Japón ni Brasil representan mercados alternativos de estabilidad a Estados Unidos.
En contraste, anunció que las perspectivas para los productores europeos siguen siendo positivas, «siempre y cuando los costos de producción se mantengan bajo control». Sobre el crecimiento de la oferta, dijo que permanecerá relativamente baja; mientras que los precios continuarán altos durante al menos los próximos dos años.