La empresa National Fish & Seafood, con base en Gloucester, Massachusetts, Estados Unidos, y que ha estado plagada de problemas relacionados -principalmente- con procesos penales y la quiebra de su propietario mayoritario, ha cesado sus operaciones.
«Desafortunadamente, a pesar de los grandes avances que hicimos para mejorar el rendimiento operativo, National Fish tuvo demasiados problemas heredados que nos impidieron consumar una venta», escribió el presidente de National Fish, Todd Provost, en un comunicado emitido el viernes (10 de mayo).
De acuerdo con lo publicado por Gloucester Times en una nota citada por SalmonBusiness, cerca de 150 trabajadores han recibido un paquete de indemnización por despido de 60 días y la continuación del seguro de salud por un período de tiempo indefinido.
«Gracias a nuestra empresa matriz, Pacific Andes, un líder de US$2.500 millones en la industria mundial de productos del mar y uno de los proveedores internacionales de productos pesqueros congelados más grandes y totalmente integrados, podemos contar con un suministro abundante de productos del mar de una flota de 54 buques ubicados en todo el mundo. Con su experiencia y conocimiento combinados, Pacific Andes y National Fish juntos aprovechan una red de plantas de procesamiento ubicadas estratégicamente que producen 120 millones de libras de productos de mar al año. Una cadena ininterrumpida de socios de distribución y logística garantiza que los productos del mar se procesen, almacenen y transporten en condiciones estrictas», subraya National Fish & Seafood en su sitio electrónico.
El Grupo Pacific Andes, con sede en Hong Kong, que en ese momento era la duodécima compañía de productos del mar más grande del mundo, se declaró en bancarrota en 2016 y atribuyó el impacto del fenómeno de El Niño en las menores cuotas de anchoveta. En tanto, National Fish and Seafood, que controla la marca de productos de pescados y mariscos Matlaw y que era propiedad de Pacific Andes en un 60%, no se incluyó en la declaración de quiebra.
Eso sí, los ejecutivos superiores de National Fish and Seafood se vieron involucrados en varias condenas penales graves, entre ellos su fundador y presidente, Jack Ventola, de 71 años.
Ventola comenzó su sentencia de dos años en una prisión federal en julio de 2018, luego de haber sido condenado tres meses antes en el Tribunal de Distrito de Boston (Estados Unidos) por no pagar los impuestos de US$2,9 millones que desvió de manera fraudulenta de National Fish en planes que iban desde 2006 hasta 2013.
Y como parte de su acuerdo con los fiscales, Ventola admitió haber conspirado junto con otros dos ejecutivos de National Fish: el jefe de ventas senior, Richard J. Pandolfo, y el jefe de operaciones, James Corbett, quien murió en 2013 y nunca fue acusado penalmente, y el contador y miembro del directorio de National Fish, Michael Bruno, quien participó en la elaboración de varios esquemas para defraudar al Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS, por su sigla en inglés) y al propietario mayoritario Pacific Andes.
Bruno fue sentenciado a un año de libertad condicional, con los primeros seis meses cumplidos en confinamiento domiciliario, y multado con US$20.000 y se le ordenó pagar más de US$1 millón en restitución al IRS.
Pandolfo también fue sentenciado a un período de un año, se le ordenó pagar US$26.000 en restitución al IRS y se le impuso una multa de casi US$5.000.
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*Fuente de la foto destacada: National Fish & Seafood.