Lanzan «súper ovas» para enfrentar mortalidades de la salmonicultura chilena

May 4, 2016

La compañía islandesa que desarrolló el producto asevera que desea trabajar integrando a los actores del sector en este tipo de logros. "No concebimos el crecimiento de una industria de manera parcial y sin la participación de todos", enfatizó.

La empresa islandesa Stofnfiskur HF, productora de ovas, casa genética y miembro del Grupo Benchmark Holdings del Reino Unido, realizó el lanzamiento oficial de su nuevo producto que, según asegura la propia compañía, «marcará un antes y un después en las estrategias sanitarias de la industria del salmón de Chile, ya que se trata de ‘súper ovas’ con mejoras genómicas conjuntas, capaces de reducir la mortalidad por Piscirickettsia salmonis (SRS) en un 40% y la del virus de la Necrosis Pancreática Infecciosa (IPNv) entre un 80% y 100%», ambas relacionadas con las patologías que generan las mayores pérdidas a la salmonicultura nacional, tanto en agua dulce como en la engorda en el mar.

El producto y sus características fueron presentadas privadamente en cuatro sesiones a las diferentes compañías de la industria del salmón los días 28 y 29 de abril, en un hotel de la ciudad de Puerto Varas (Región de Los Lagos), donde los investigadores Dr. Theodor Kristjansson y el Dr. Eduardo Rodríguez hicieron el anuncio y explicaron detalladamente los principios científicos que sustentan este avance de la ciencia aplicada.

Ovas de salmón_Foto_Gentileza_Stofnfiskur2

La introducción a la actividad estuvo a cargo del MSc. Rodolfo Infante Espiñeira, gerente de la oficina en Chile de Stofnfiskur, la que posteriormente emitió un comunicado con las siguientes respuestas:

¿Cómo se genera esta línea investigativa?

Stofnfiskur lleva muchos años trabajando en la resistencia a las enfermedades de impacto comercial. En el año 2012 ya estábamos haciendo pruebas de desafío en el centro VESO de Noruega y luego nos asociamos a un centro genético de clase mundial como lo es AGResearch de Nueva Zelanda. Otra parte de nuestro trabajo se desarrolla en la Universidad de Islandia.

Todo lo anterior tuvo un impulso sustancial cuando fuimos adquiridos por Benchmark Holdings a fines de 2014, pues con su apoyo económico y científico de su staff asociado, nuestros proyectos tuvieron un impulso mayor que se refleja hoy en resultados tangibles y aplicables a la industria.

¿Este nuevo producto será la solución final al problema del SRS y del IPNv en la salmonicultura?

De ninguna manera en el caso del SRS, pues no existe una «bala de plata» para combatirlo. La solución única en este caso no existe. Se deberán implementar estrategias sanitarias que integren al avance genómico de las ovas, a las vacunas, al correcto manejo de los peces y como elemento de emergencia a los antibióticos, cuyo consumo en el tiempo deberá tender a la baja producto de este control de aproximación holístico. Aún así, estamos en condiciones de decir que esperamos que las mejoras en nuestras ovas signifiquen una reducción de la mortalidad por SRS de un 40% en salmón Atlántico (Salmo salar). Si contextualizamos esto a los resultados productivos del año 2015, podríamos haber dicho que si todos los salmones Atlántico cultivados hubiesen tenido esta protección, la mortalidad por SRS habría sido de un 1,8% y no de un 3,0% como realmente ocurrió. Es decir, las cosechas habrían tenido casi 1,8 millones de peces adicionales.

Para el IPNv el escenario es diferente, pues existen alrededor de 5 QTLs (en genética, un QTL proviene del acrónimo inglés quantitative trait locus, «locus de un carácter cuantitativo») que son capaces de dar una protección cercana al 100%, lo que constituye un caso único y extraordinario. La buena noticia es que ambos rasgos no interfieren con los efectos del otro, no están correlacionados para nada. No se pierde la protección del IPNv por tener también la del SRS, y es por esto que pudimos tener ambos rasgos en una sola ova: protección del SRS en un 40% y del IPNv en un 80% a 100%, ambos actuando independientemente.

¿Por qué no utilizaron las técnicas del BLUP tradicional como la mayoría lo hace?

El SRS no tiene un QTL verdadero como el que hoy conocemos para el IPNv, lo que hace que debemos buscar técnicas más sofisticadas que nos permitan alcanzar un nivel de protección aún mayor. La genómica tradicional no ofrece una protección mayor al 30% para el SRS, sin embargo, nosotros al modificar el método BLUP tradicional con la genómica por medio del GBS, pudimos mejorar este nivel en un tercio, es decir, llegar hasta un 40%, lo cual es imposible de lograr de otra manera.

El Genotipificado por Secuenciación (o su sigla en inglés GBS) es hoy en día una potente herramienta para aumentar la precisión de los resultados para métodos basados en matrices para la genotipificación de los individuos de un gran número de polimorfismos de nucleótidos únicos (SNPs) o marcadores genéticos. En nuestro caso, se han utilizado desde el 2014 más de 22.000 SNPs y se han secuenciado más de 15.000 peces, lo cual genera una base de datos impresionantemente amplia que permite una gran precisión.

Hubo que desarrollar métodos matemáticos sofisticados y exclusivos que ya han sido validados por la comunidad científica a través de trabajos publicados en revistas especializadas de reconocimiento mundial. La heredabilidad o traspaso de estas características a los hijos es de solo un 35% con el método tradicional BLUP y en el caso del GBS sube a un 43%, lo cual confirma que escogimos la opción más eficiente para el control del SRS.

Ovas de salmón_Foto_Gentileza_Stofnfiskur4

¿Cuándo estarán disponibles estas «super ovas» en Chile y cómo serán introducidas al mercado?

La semana pasada se realizaron reuniones privadas con todas las empresas productoras interesadas en este producto, aprovechando que parte de nuestro staff científico de Islandia vino a explicar sus ventajas y a aclarar las dudas al respecto, pues existe escepticismo y falta de información al respecto en sectores de la industria. Los mismos científicos estuvieron participando con este trabajo en la Conferencia Internacional de Biología Integrada de Salmónidos en Puerto Varas, donde fue destacado como una de las presentaciones más sobresalientes por su aplicabilidad a la industria, innovación y eficiencia.

Desde julio de este 2016 tendremos disponibles un máximo de 25 millones de ovas con protección genómica para el SRS de un 40%, además del QTL para el IPNv que cubre de un 80% a un 100% de dicha enfermedad viral. Es decir, que una misma ova tendrá doble protección contra aquellas dos enfermedades que causan el mayor impacto económico en agua dulce y mar. Daremos preferencia a nuestros clientes antiguos y a aquellos que ya han mostrado un interés por probar nuestras ovas de protección mejorada.

También estamos implementando un sistema de relación «win-win» donde ambas partes ganan. Para esto colocaremos una fracción de las ovas disponibles a partir de julio a un precio de costo de producción. A cambio de ello, el cliente compartirá sus datos productivos con nosotros y será partícipe de las mejoras que ello traiga en el futuro.

¿Qué opciones existen para aquellas empresas que producen sus propias ovas en Chile; quedarán ellos al margen de este avance científico/productivo?

No, muy por el contrario, pues queremos trabajar integrando a toda la industria de estos logros. No concebimos el crecimiento de una industria de manera parcial y sin la participación de todos sus actores.

Para el caso de aquellas empresas que tienen sus propias cepas y confían en las ventajas productivas de estas para generar sus propias ovas, hemos pensado compartir los avances genómicos a través del semen.

Otro de los proyectos que se desarrollan paralelamente en Stofnfiskur ya logró afinar la metodología de la criopreservación profunda del semen, lo cual nos abre una nueva alternativa de negocios. Como ejemplo, puedo comentar que estamos utilizando en la actualidad el semen criopreservado de un macho para fertilizar hasta 1,7 millones de ovas en Islandia; algo imposible de imaginar en años recién pasados.

En este novedoso modelo de negocio, el productor nacional compraría la genética en la forma de semen, evitándole sumergirse en un mundo ajeno al de su rol de productor de carne, dejándolo en manos de empresas especializadas en el rubro de la ciencia aplicada. Algo muy similar a lo que se acostumbra en la producción bovina, porcina y de aves de consumo masivo.

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