«Granja Marina»: Los insospechados caminos que puede recorrer la arquitectura

Sep 15, 2016

"Granja Marina" es un proyecto arquitectónico desarrollado por un egresado de la Universidad San Sebastián que contribuye a mantener limpias las costas de la bahía de Concepción. Un ámbito poco tradicional en el desempeño de la disciplina, pero que es de gran ayuda a la hora de resguardar el medio ambiente y la fuente laboral de miles de familias.

Cualquier alteración en el ambiente marino, ya sea por causas naturales o producto de la acción humana, puede causar insospechadas consecuencias en las comunidades. Ejemplo de esto es el fenómeno de marea roja que causó graves daños a extensas zonas del sur de Chile.

Muchos son los profesionales que tienen la misión de prevenir esos daños y actuar a tiempo en caso de producirse algún incidente, como los biólogos marinos, los ingenieros en acuicultura o los ingenieros ambientales. Pero ¿los arquitectos tendrán algo que decir al respecto? El ejemplo más concreto ante esta interrogante es el proyecto «Granja Marina», una plataforma flotante en el mar que posibilita las labores de pescadores artesanales para el cultivo integrado de especies marinas y que favorece a la depuración y la restauración de la calidad de las aguas contaminadas por nutrientes en la bahía de Concepción, Región del Biobío.

Se trata de un sistema de bajo costo, que no contamina y que tiene la función de equilibrar las cantidades de desechos que la producción de una especie particular aporta al mar con la cantidad que es capaz de reducir dichos desechos por medio de otro actor. De esta manera, la granja logra el cultivo integrado mediante una cuidadosa preselección de especies de moluscos y algas nativas que resultan adecuadas a las condiciones de la bahía y que, por sus características biológicas, son capaces de filtrar nutrientes inorgánicos del agua.

Luego se determinan las proporciones de cultivo que cada especie debe tener, buscando el equilibrio, y siendo capaz de soportar la cantidad y el grado de producción, para luego disponer de distintos patios de cultivo resguardados de las mareas que, alineados en el sentido de las corrientes predominantes, permiten que el sistema funcione bajo la supervisión de los pescadores artesanales.

Un promisorio emprendedor

El autor de esta novedosa solución es el egresado de la carrera de arquitectura de la Sede Santiago (Región Metropolitana) de la Universidad San Sebastián, Sebastián Pezoa, cuyo trabajo de título «Granja Marina» –bajo la guía del profesor Cristián Winkler–, fue seleccionado dentro de los diez mejores proyectos de título de todo el país, logrando el primer lugar en la categoría «Industrial» de la III versión del Concurso Nacional de Proyectos de Título 2016, convocado por el grupo Arquitectura Caliente.

«Y, además, fue una doble alegría, ya que con el proyecto resulté seleccionado dentro de los 50 mejores trabajos en el concurso internacional Paris Pavilion en Francia», subrayó.

Sobre el origen de su proyecto, Pezoa detalló que comenzó investigando sobre la contaminación de nutrientes y sus repercusiones en los cuerpos de agua, «ya que me interesó profundizar en una problemática que afecta a diversas bahías, y en cuanto entendí la procedencia de los diferentes factores que generan las algas nocivas en el agua, me cuestioné si existe algún sistema que revierta el efecto con mínimos recursos, sin aplicar sistemas mecánicos costosos».

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