La pesca artesanal de la concha negra (Anadara tuberculosa y Anadara similis), molusco bivalvo que habita en sustratos lodosos de manglar, es considerada de gran importancia para el empleo, la economía y la cultura de las comunidades costeras rurales de Costa Rica, Colombia, Ecuador y Perú. Si bien hay información técnica disponible acerca del orden pesquero, poblacional, reproductivo y de manejo, existe una serie de dificultades para su análisis global.
En este contexto, el Instituto Nacional de Pesca (INP) de Ecuador, la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) y la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) sede Medellín, Colombia, organizaron el seminario-taller regional denominado «Revisión y estandarización de técnicas y metodologías para la investigación de la concha (Anadara tuberculosa)», cuyo objetivo fue revisar y estandarizar técnicas y metodologías empleadas para el monitoreo, evaluación y diagnóstico de la especie, y contar con un mejor conocimiento de los sistemas socio-ecológicos para mejorar la comprensión de las interacciones entre el hombre y el medio ambiente.
En su intervención, el Dr. Canales, quien es investigador y académico de la Escuela de Ciencias del Mar de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), presentó una propuesta de aplicación al recurso concha/piangua, y entrenó a los participantes en el programa para el análisis del crecimiento (MCCT) y en la evaluación de stock en recursos invertebrados bentónicos (MODACT y MODBENTO). En relación con su participación, el científico chileno manifestó que «siempre es bueno sentar las bases de manera tal que los análisis que se hagan en distintas regiones se comparen para poder tener una metodología en común, ya sea tomando datos en el terreno, analizando la data y aplicando softwares, por lo que resulta muy útil e importante hablar de la misma forma y en el mismo lenguaje».
El taller también incorporó una práctica de laboratorio para revisar la forma de medir las talla y el peso, y la identificación de madurez sexual de la concha negra en cada país, finalizando con un compromiso entre los participantes en el uso de metodologías en común que permita avanzar hacia la sustentabilidad del recurso y la actividad pesquera en el tiempo.