Reconocer el uso consuetudinario de las comunidades indígenas que habitan las costas de nuestro país ha sido una de las deudas del Estado de Chile con sus pueblos originarios. Es por esto que la Armada junto con la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) materializaron esta semana en la Capitanía de Puerto de Carahue, la entrega de la destinación marítima del espacio costero marino a las comunidades Lafken Mapu Newen; entrega en la que se comprometieron -en el plazo de un año- a trabajar en un plan de administración que dé cuenta de los usos y actividades a desarrollar, además de un plan de manejo para la extracción de recursos del mar.
El director zonal de la Subpesca para las regiones de La Araucanía y de Los Ríos, Guillermo Rivera, manifestó que se dio un paso muy importante al recibir de parte de la Armada de Chile esta destinación marítima. «Ahora lo que viene es la preparación del plan de administración que debe presentar la organización. Para esto se contempla un plazo de diez meses y nosotros junto con el Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura), en su rol fiscalizador, esperamos acompañarlos en el proceso, de modo tal que las comunidades Lafkenches queden conformes y el plan sea lo que ellos realmente esperan».
Por su parte, Virginia Caullán de la Asociación Lafken Mapu Newen, comentó que vienen realizando reuniones periódicas junto al Consejo de Lonkos de Teodoro Schmidt, y son permanentemente asesorados por un equipo del municipio. «Somos los primeros en la región en ganar este derecho ancestral, y queremos hacer un buen trabajo con el objetivo de hacer historia. Estamos recién empezando y esperamos salir adelante. Nosotros como mapuche jamás vamos a sobreexplotar el mar, y esto se verá reflejado en nuestro plan de administración. Siempre pensamos en el futuro de nuestros hijos y en el de las próximas generaciones», subrayó Virginia Caullán.
Desde su creación, los Espacios Costeros Marinos para Pueblos Originarios (ECMPO) tienen como objetivo resguardar el uso consuetudinario a fin de mantener las tradiciones y el uso de los recursos naturales por parte de las comunidades indígenas vinculadas al borde costero. La ley establece, además, que se respetan los derechos ya constituidos por otras figuras de administración y por los otros usuarios del borde costero.
