La pesca en Chile se apronta a dar un nuevo paso en la búsqueda de la sustentabilidad ambiental y económica, mediante la instalación de cámaras de video a bordo de los barcos de pesca industrial, como parte de un sistema de fiscalización de los descartes pesqueros, esto es, los ejemplares de especies marinas que no son objetivo de captura y que, en forma accidental, quedan atrapadas en las artes de pesca por compartir los mismos hábitat.
En el caso de las pesquerías de crustáceos demersales –camarón nailon, langostino amarillo y langostino colorado–, tales descartes se dan en una baja proporción, gracias a una serie de mejoras tecnológicas y la incorporación de buenas prácticas en el último quinquenio, aseguran en la Asociación de Industriales y Armadores Pesqueros de la Región de Coquimbo (AIP), gremio que destaca la política de diálogo con el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) para lograr este tipo de objetivos.
En esa línea, el gerente de la AIP, Leandro Sturla, aseguró que la incorporación de cámaras viene a continuar anteriores medidas en el mismo sentido, las que comenzaron con la toma de registros en faena, mediante observadores científicos independientes embarcados en las naves pesqueras y bitácoras de descartes a cargo de los capitanes de barcos.
«La industria crustacera se ha destacado por ser muy proactiva. Siempre hemos estado dispuestos a apoyar a las autoridades. Esta fue una de las primeras pesquerías que, junto con la de la merluza, partieron implementando el sistema de observadores a bordo, y el establecimiento de bitácoras de descarte que son reportadas por los patrones o capitanes a la autoridad en las horas siguientes a hacer la maniobra de pesca. Esto va a introducir una complejidad mayor que, sin embargo, se va a traducir en tener mejores datos de nuestra pesquería, de las especies que se capturan. Y por lo mismo, debiera redundar positivamente en la sustentabilidad de nuestras pesquerías», aseveró Sturla.