La escasez de materias primas que cumplan con los requerimientos nutricionales en las diferentes etapas de desarrollo de los peces es un tema prioritario desde hace tiempo para la industria salmonicultora. Más aún en las fases de alevinaje, donde los salmones y truchas han sido históricamente cultivados con dietas basadas en harina y aceite de pescado, siendo que en condiciones naturales los alevines no se alimentan de peces, sino que mayoritariamente de pequeños insectos y larvas de otros invertebrados.
Es así que la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) apostó en 2013 por financiar el proyecto denominado » «Desarrollo de alimento a base de harina de insectos para salmones y trucha: Primera alimentación», cuyo ejecutor es Montana Chile Ltda. y que como empresa asociada participan –además de Montana– la gestora del proyecto P@TAGON Ltda. (Innovación y Comercial PSP Ltda) y la productora de alimentos para acuicultura BioMar.
Los resultados del proyecto fueron presentados este viernes 17 de junio en el Hotel Solace de la ciudad de Puerto Varas, Región de Los Lagos, donde asistieron cerca de 40 personas relacionadas con la industria del salmón.
Claudio Tapia de Montana explicó que aún es difícil proyectar cómo se materializará el modelo de negocio, donde uno de los elementos más relevantes dice relación con la estandarización de la producción, de las características nutricionales y de seguridad de la harina de insectos.
«La producción de larvas se encuentra en fase de desarrollo, pero se ha evidenciado que es una alternativa real para la salmonicultura nacional», aseguró Tapia, añadiendo que en el «plazo de uno a dos años podría estar disponible comercialmente, fundamentalmente para la etapa de cultivo de los salmónidos en agua dulce».
Por su parte, el doctor en Nutrición Fernando Norambuena, quien es parte del equipo de I+D de BioMar, sostuvo que el uso de harina de pescado para la elaboración de dietas para salmones se está tornando insostenible, tanto por la cada vez menores capturas pesqueras, así como por su elevado precio (actualmente ronda los US$2.000 la tonelada).
«Si bien la harina de insecto presenta hoy precios altísimos, el interés y la entrada de nuevas compañías especializadas en nutrición animal están ayudando a disminuir los valores y así masificar su uso en acuicultura», subrayó el Dr. Norambuena.
Mientras que para Claudio Pavez, socio de P@TAGON Ltda. y coordinador del proyecto FIA, en esta etapa de desarrollo priorizarán las aplicaciones que permitan escalar primero a nivel nutricional en etapas de la producción en agua dulce y luego, en un siguiente paso, resulta interesante explorar sobre el desarrollo y validación de productos «ento» dirigidos al mercado de ingredientes funcionales que puedan ser incorporados a nivel micro en el formulación de las nuevas dietas de salmónidos.