La crisis del Covid-19 (coronavirus) cambió algunos hábitos de consumo en nuestro país y otros los acentuó, adquiriendo protagonismo los productos de larga conserva en las despensas de las y los chilenos. En esta línea, según datos entregados por Orizon, el consumo de jurel aumentó un 13% en relación con igual fecha del año anterior (Nielsen, 2020), mientras que en el mundo la preferencia se incrementó en un 18% (Aduanas, 2020).
«Además de ser una opción saludable, sostenible y duradera, ideal para las semanas de cuarentena y las fases de desconfinamiento, el jurel reúne todas las características de un superalimento a un precio conveniente y de gran accesibilidad, gracias a los distintos formatos que existen en el mercado como el tarro, lomitos en conserva, filetes congelados, etcétera», subrayó Orizon.
A su vez, la firma pesquera citó ocho razones que explican porqué se incrementó la popularidad de este pescado en este año de pandemia:
– Posee un alto contenido de omega-3 y EPA, que ayudan al corazón disminuyendo el colesterol y los triglicéridos en la sangre, fortaleciendo el sistema inmunológico y previniendo enfermedades, principalmente respiratorias.
– Buena fuente de DHA que apoya el desarrollo del sistema nervioso y el cerebro en los niños, además de fortalecer la visión en los adultos.
– Gran fuente de hierro, calcio, magnesio y yodo.
– Alto contenido de vitaminas D y B12, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio y juega un rol importante en el sistema nervioso, muscular e inmunitario.
– Fuente de proteínas de gran calidad.
– Previene enfermedades cardiovasculares.
– Ingerir este alimento durante el embarazo ayuda a un buen desarrollo del cerebro y retina del bebé. Además, su consumo tiene múltiples beneficios en la lactancia.
– Se pesca naturalmente, por lo que es considerado uno de los peces más sostenibles que existen. Libre de antibióticos, hormonas, conservantes, microplásticos y metales pesados.