Estudiantes desarrollan dispositivo para detectar presencia de marea roja

Ago 14, 2017

El proyecto BiMaTox consiste en un rápido, eficiente y económico biosensor de toxinas que producen este fenómeno, el que afecta a la fauna marina y al ser humano.

(El Mercurio) Con cierta periodicidad, la llamada marea roja altera la paz de las aguas de las costas chilenas. Un fenómeno que se produce por la proliferación excesiva de ciertas microalgas que pueden provocar cambios en la coloración del agua -a veces de tono rojizo, de ahí su nombre-, pero que también generan distintas clases de toxinas, que ponen en riesgo tanto a la fauna marina como a los seres humanos.

En la búsqueda de un método rápido, eficiente y económico de detectar el problema, un equipo de estudiantes de Ingeniería en Biotecnología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile (UChile) está trabajando en el desarrollo de un biosensor que entregue una respuesta en un plazo no mayor a las tres horas.

El procedimiento tradicional puede tardar entre 24 y 48 horas en alertar la presencia de toxinas en el agua, y consiste en preparar un extracto con el agua de mar que se cree contaminada, inyectarlo en un ratón y ver su reacción (si el animal muere, entonces hay toxinas).

En cambio, el proyecto BiMaTox no requiere de animales de prueba, si no de un test sencillo que reacciona cambiando de color. «Es una maquinaria molecular capaz de determinar la presencia de toxinas en las muestras de agua y su concentración. Si es positivo, el biosensor -fabricado en una matriz de celulosa- cambia de color, alertando que hay un nivel de toxicidad para el ser humano», explica Jorge Vielma, uno de los integrantes del equipo UChile Biotec.

Hasta ahora, el trabajo está a nivel experimental, pero esperan contar con un dispositivo definitivo de aquí a noviembre, que se centrará sobre todo en la identificación de las toxinas que suelen presentarse en las costas locales: saxitoxina, brevetoxina-2 y ácido ocadaico.

«Las toxinas escogidas tuvieron fuerte presencia en la floración de algas nocivas (FAN) ocurrida en 2016 en las costas de la región de Los Lagos. Estas toxinas producen el adormecimiento de ciertas extremidades o zonas del cuerpo, parálisis e incluso la muerte», precisa Vielma.

De allí que el equipo esté convencido de que este dispositivo puede beneficiar a muchas personas, considerando las consecuencias que la marea roja puede generar a nivel de salud y económico.

Por lo mismo, esperan participar en noviembre próximo en la competencia científica internacional de biología sintética iGEM, que se realizará en Boston, Estados Unidos. Para esto están consiguiendo apoyo a través de financiamiento colectivo (www.idea.me/proyectos/53848/proyecto-bimatox) y mediante sus páginas en Facebook y Twitter (@Uchile_Biotec).

«Nuestro propósito es mostrar una problemática característica del país, con implicancias multidimensionales, y ofrecer una solución que, además, demuestra que en Chile se hace ciencia de nivel mundial».

En la investigación, el equipo cuenta con el apoyo de Francisco Chávez, doctor en microbiología, y de Benjamín Suárez, experto en toxinas marinas.

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