En los últimos años, la industria del salmón de Chile ha comenzado a utilizar cada vez más ROVs (acrónimo del inglés Remote Operated Vehicle, es decir, vehículos operados a distancia) en la fase de cultivo de los peces en el mar. Y para conocer más sobre los alcances de esta herramienta, AQUA dialogó con el gerente de Producción de Mowi Chile, Ricardo Gantenbein.
El ejecutivo abrió la entrevista explicando que tecnologías que en un principio parecían lejanas, se han hecho parte del trabajo productivo diario. Fue así como empezaron a implementarlos en centros pilotos, a baja escala, y los resultados fueron positivos, por lo que decidieron estandarizar la tecnología y ahora tienen al menos dos ROVs trabajando en forma permanente en cada centro de cultivo.
¿Cómo ha implementado Mowi la tecnología de estos robots en cada uno de sus procesos?
En Mowi partimos con el uso de ROVs en el año 2014, enfocados en la estrategia sanitaria, principalmente en la optimización de la extracción de la mortalidad. Después, los empezamos a implementar en la línea de la seguridad de las estructuras, a través de la revisión de las redes loberas y los fondeos de las jaulas. Partimos con un proyecto a pequeña escala; en ese entonces había escasos proveedores de tecnología de ROVs y los valores eran muy elevados, pero consideramos importante invertir en esa línea y seguir adelante.
La seguridad de las personas fue otro de los puntos fundamentales de la implementación de ROVs, considerando eliminar actividades de buceo repetitivas. Entonces, el plan consideró la reconversión de los buzos, en pilotos de robots. Estos colaboradores fueron obviamente los candidatos más idóneos para cumplir con estas funciones ya que, teniendo la experiencia bajo el agua, pudieron aprovechar al máximo el potencial de las nuevas tecnologías.
Fue pasando el tiempo y los resultados eran buenos; un bonito mérito de nuestro equipo en los centros y el área de operaciones. Sumado a esto, los proveedores de la industria de robótica fueron aumentando, así como también el tipo de prestaciones que brindaban los nuevos equipos.
Y al cabo de unos tres años de iniciado el proyecto, en Mowi optamos por ampliar la gama de robots que cumplen tareas más específicas como, por ejemplo, bajar a mayores profundidades, centros con más exposición a corrientes, revisiones específicas de los anclajes de fondeos, entre otros.
¿Cuáles son los principales avances que se han obtenido con su uso y cuáles son los robots que están utilizado actualmente en sus diferentes áreas de cultivo?
Los avances apuntan a que nos han permitido tener un chequeo mucho más exhaustivo de nuestras estructuras de cultivo, como son todos los tipos de redes, fondeos y artefactos navales.
Hoy estamos utilizando principalmente tres gamas de robots: la gama básica, para profundidades entre 0 a 100 metros, que apoyan en la extracción de mortalidad y revisión de redes peceras y loberas. Los ROVs de gama media, que bajan entre 0 y 300 metros, que son utilizados para revisión de fondeo y anclajes. Y los de gama alta, que se sumergen entre los 0 y 400 metros de profundidad, para la revisión de anclajes y trabajos más específicos en el fondo marino.
Tenemos más de cinco marcas de robots prestando servicios a la compañía, que cumplen con diferentes labores, de acuerdo con el tipo de faena que se necesite realizar. Hoy contamos con proveedores que representan compañías de Canadá, Estados Unidos, Noruega, Inglaterra y también compañías locales que están innovando en estas tecnologías.
¿Cuáles, a juicio de Mowi, son las ventajas de la utilización de este tipo de avances tecnológicos?
La principal ventaja es la reducción de riesgos para las personas, ya que la utilización de ROVs elimina el peligro de accidentes producto de actividades de buceo repetitivas. Al mismo tiempo, es una muy buena iniciativa que ha permitido la reconversión de esta actividad, ya que las competencias que se necesitan para un buen piloto de robots, las cumplen con creces los buzos.
Las otras ventajas vienen desde el punto de vista de la operación, ya que los robots nos ayudan a revisar y mantener la seguridad de las estructuras, especialmente de las redes a profundidades a las que antes era imposible acceder. Nos han permitido también mejorar continuamente nuestro proceso de control de alimentación y la mejora sostenible en nuestro factor de conversión, ya que gracias a las cámaras que tienen, se puede monitorear y grabar en vivo y en directo el comportamiento de los peces en sus jaulas.
¿Cómo ve el futuro de la industria respecto a la incorporación de robots en sus labores?
El futuro de los ROVs es promisorio. Es una tecnología que llegó para quedarse y que ha demostrado que se adapta continuamente a las necesidades de la industria. La salmonicultura va a requerir labores de mayor precisión para faenas cada vez más específicas y los proveedores nos han demostrado que avanzan rápido.
En ese sentido, uno de los desafíos que le hemos impuesto a las empresas de robótica, es que podamos contar con equipos que tengan mayor autonomía de batería, que sean wirelessy puedan reparar o colocar parches a las redes, de manera que podamos optimizar y facilitar, aún más, las diferentes faenas que se realizan en los centros de cultivo.