(Bloomberg) Luego de poco más de un mes desde que Amazon completara la compra de Whole Foods, la «sacudida» en la industria alimentaria estadounidense se ha agudizado.
La última señal de problemas: el gigante Apollo Global Management arrojó un salvavidas de US$50 millones a Fresh Market, la cadena de autoservicio que tuvo dilemas financieros hace solo 17 meses.
Solo empeorará desde aquí, dicen los analistas. Bajo Amazon, Whole Foods ha estado reduciendo los precios de productos emblemáticos, como la col rizada («primo» del brócoli, la coliflor y el repollo), las paltas orgánicas y del salmón cultivado de manera sustentable; un presagio de las próximas guerras de precios. Entre las más vulnerables se encuentran las pequeñas cadenas regionales que enfrentaban una competencia feroz incluso antes de que apareciera Amazon.
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«La presión que el acuerdo de Amazon y Whole Foods puso sobre el sector de alimentos será muy significativa, y las repercusiones completas solo se verán con el tiempo», sostuvo Antony Karabus, director ejecutivo (CEO, por sus siglas en inglés) de HRC Retail Advisory, consultora dedicada a mejorar el rendimiento y la recuperación de los retailers.
Lo anterior, porque el fundador de Amazon, Jeff Bezos, no se preocupa mucho por los márgenes de ganancia, mientras que las tiendas de alimentos de la «vieja escuela» viven o mueren por ellos. En este sentido, Karabus espera que Amazon siga presionando y presionando.
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