Apuestan por los compuestos naturales para promover la sustentabilidad del salmón

Jul 4, 2016

En poco tiempo, investigadores de la USACh han solicitado dos patentes para productos naturales extraídos de plantas, que pueden disminuir los efectos negativos de los altos niveles de estrés fisiológico que sufren estos peces. El más reciente incluso se puede aplicar directamente en el agua.

(El Mercurio) Desde el año pasado, la industria del salmón en Chile ha debido enfrentar múltiples problemas. En 2015 los bajos precios en los mercados internacionales y los altos costos de producción se hicieron notar, y, a inicios de 2016, se desató una verdadera crisis por el «bloom de algas», que, se estima, concluyó con la pérdida de más de 123.000 toneladas de salmones.

A esto se sumaron fuertes enjuiciamientos contra las empresas del rubro por la marea roja que aquejó a Chiloé, lo que se tradujo en ventas menores por unos US$100 millones, 25.000 peces muertos en centros de acopio y la mortalidad de 40.000 smolts y 700.000 alevines.

Pese a esta situación, en la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile) aseguran que esta industria es rentable y sustentable en el largo plazo, y que el país debiese potenciarla.

A esto, los expertos responden que, además de ser necesaria una mejor regulación, la expansión futura de este sector dependerá de la ayuda de la investigación y desarrollo (I+D) para alcanzar buenos niveles de productividad, garantizando el respeto por el medio ambiente.

Abriendo nuevos caminos

La Universidad de Santiago de Chile (USACh) es una de las casas de estudios que está realizando importantes investigaciones en este sentido. Muchas de ellas se relacionan con el control del estrés, que es uno de los grandes problemas que se presentan en los procesos de producción de la industria del salmón nacional.

Normalmente, los salmones deben enfrentar altas densidades de cultivo, diversos procesos de manipulación para su selección, vacunación, limpieza, transporte e, incluso, la misma entrada al mar para comenzar el periodo de engorda. Todo esto interfiere en su sistema inmunológico, dejándolos más propensos a contraer enfermedades, a disminuir la ganancia de peso o a no poder sobrevivir en el agua de mar.

Para ayudar a cambiar esta realidad, un equipo del Departamento de Biología de la Facultad de Química y Biología, liderado por la Dra. Margarita Montoya, quien también es investigadora del Centro de Biotecnología Acuícola (CBA), tiempo atrás creó -con financiamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura de Chile- una fórmula basada en extractos naturales que disminuye el estrés, reduciendo la mortalidad de los peces frente a patógenos comunes y a causa de la manipulación y hacinamiento, para la cual ya se ha solicitado una patente.

Ahora junto a su equipo trabaja en una nueva solución sobre la base de otro producto natural que permite su uso masivo durante el proceso de producción.

«Ya hemos observado que aumenta la sobrevida de los peces cuando hay un brote de patógenos; que ganan más peso al estar más tranquilos, y que el compuesto natural estimula su propia capacidad antioxidante. Todo esto influye, no solo en mejorar su respuesta inmunológica, sino también en otros factores importantes desde el punto de vista productivo, como la calidad de la carne», destaca la Dra. Montoya.

Otra de las novedades de esta invención -agrega- es que propone dos posibles usos: una formulación para su utilización como suplemento alimenticio y otra para acondicionar el agua. La académica señala que la última propuesta abre un nuevo campo para entregar los resultados de la investigación, sobre todo pensando en situaciones específicas de estrés para el pez, como vacunaciones, sanitizaciones o transporte.

«Sabemos que los compuestos son seguros, amigables con el medio ambiente e inocuos para los consumidores, por lo que pensamos que será muy atractivo para el mercado», añade.

También se solicitó una patente para esta nueva formulación y el equipo se prepara para avanzar a las pruebas en terreno.

Sophia Mejías, bioquímica, asistente de la investigación y magíster (c) en Gestión Tecnológica de la Universidad de Santiago, cuenta que tienen grandes expectativas respecto a algunas alternativas que existen actualmente para que estas soluciones lleguen al mercado.

«En el escenario actual, sabemos que el producto que estamos realizando en nuestros laboratorios va a tener impacto, porque es un compuesto natural que se encuentra en gran proporción en Chile y que podrá ser ocupado en mínimas cantidades y a bajo costo. Creemos que también será muy atractivo en el extranjero, ya que la industria acuícola, no solo la chilena, se enfrenta constantemente a microorganismos y a situaciones que están afectando la sobrevida de los peces en distintas formas», destaca.

Presione aquí para ver la nota en su fuente original del diario El Mercurio.

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