Científica UC por vertimiento y marea roja: «No hay una relación causa-efecto»

May 6, 2016

Académica de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica de Chile (UC), Mónica Vásquez, explicó que se espera que el fenómeno que afecta a la Región de Los Lagos se extienda por unas tres semanas más, por lo que los moluscos podrían mantenerse contaminados por cinco o seis meses.

Gran preocupación ha provocado el nuevo brote de marea roja que se ha registrado en las costas del sur de Chile, específicamente en la Región de Los Lagos, y fundamentalmente en la Isla de Chiloé.

El fenómeno, como detallan los expertos, se debe a la floración de una microalga, en esta oportunidad, la Alexandrium catenella, que registra un alto nivel de toxicidad, lo que ha provocado la contaminación de los productos del mar, y con ello la ineludible paralización en la extracción de mariscos en las zonas afectadas.

Así, el fenómeno que se explica por la confluencia de diversos factores, ha comenzado a impactar económica y socialmente, por ahora, a la zona de Chiloé.

Al respecto, la académica de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica de Chile (UC) y experta en microbiología marina, Mónica Vásquez, explica, en primer término, que este fenómeno conocido como marea roja «se conoce como el incremento desmesurado de una microalga particular, la cual se suscita de manera natural».

De igual manera, precisa que en esta oportunidad, el fenómeno ha presentado características distintas a ocasiones anteriores, puesto que esta vez se presentó inicialmente en las aguas de los canales y fiordos de Chiloé, pero que luego se extendió al mar abierto del océano Pacífico, lo que ha facilitado su expansión hacia el norte, por el océano, hecho que ha aumentado su impacto y lo ha vuelto más difícil de controlar. «Al estar en mar abierto, la posibilidad de que esto se mueva de una manera que no se puede predecir, es muy alta, y está pasando que además la estamos encontrando en las cercanías de Osorno y eso es inusual. Nunca se había visto en esa zona esta microalga», asegura la experta.

Por otra parte, Vásquez descarta que el vertimiento al mar de más de 4.000 toneladas de salmones muertos, en marzo pasado, tenga relación con el fenómeno actual, puesto que estos fueron arrojados a más de 130 kilómetros mar adentro. «Al menos no hay comprobación científica de aquello, ni tampoco una relación causa-efecto». Sin embargo, aclara que esto es una situación que se debe comprobar.

«Los datos dicen que no hay relación, porque lo previsto es que los salmones se depositarían a 60 millas de la costa, donde no había posibilidad de que esto causara un desastre», argumenta la científica UC.

No obstante, hace la salvedad de que un aumento en los nutrientes en las aguas, como podrían ser las más de 4.000 toneladas de salmón arrojadas, es una carga de nutrientes, «lo que puede generar variaciones en el fitoplancton, se va afectar la cadena trófica y van a crecer organismos producto de la existencia de nutrientes».

Una de las mayores preocupaciones es que la propagación de esta alga no es posible detenerla, puesto que la Alexandrium catenella no tiene un depredador natural científicamente conocido. Asimismo, esta microalga comienza a asentarse en el fondo del mar, lo que podría que a futuro se registren nuevas complicaciones. «Esta alga se enquista y se queda en el fondo del mar y por esto estamos preocupados. Se quedan en el sedimento del fondo del mar y al tiempo vuelven a florecer cuando las condiciones de temperatura y nutrientes mejora», subraya la académica.

En este momento, afirma Vásquez, «estamos en una situación que, de acuerdo con datos de otros colegas, estamos llegando al pick del fenómeno y tendríamos para tres semanas más, por lo que tendremos moluscos contaminados por cinco o seis meses. Sin duda, esto es un problema social terrible. Para los mariscadores, es como si hubiera venido un tsunami».

Es este escenario, el que justamente más ha complicado a quienes viven de la extracción marina, visión que ha sido reafirmada por Óscar Melo, economista agrario, de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la UC.

El académico explica que el principal problema se produce por la caída en las ventas de productos del mar. «En un contexto donde muchas familias dependen fuertemente de estos ingresos y en muchos casos tienen muy pocas alternativas económicas en el corto plazo, la disminución en sus ventas se ve afectada tanto por las restricciones por razones sanitarias, que afecta principalmente a mariscos en zonas decretadas con restricción, como también por el efecto que tiene sobre la demanda más general sobre productos del mar».

En ese sentido, el académico hace algunas sugerencias que debieran tomarse para enfrentar la situación: «Al igual que con catástrofes que afectan a otros sectores se debieran considerar seguros o fondos que permitan enfrentar las emergencias y estabilizar los ingresos de pescadores artesanales. Por otra parte, en mi propia experiencia la cadena de producción y comercialización de mariscos tiene muchos problemas, incluyendo sanitarios, por lo que una mayor inversión en este sentido también ayudaría a mejorar la confianza en el sector y gestionar mejor los problemas de marea roja y otras amenazas. Esa inversión pasa por una mayor capacitación, inversiones en infraestructura y fiscalización. Si se logra esta mayor confianza se genera más valor agregado y se atraen nuevos consumidores, aportando a la sustentabilidad del sector», concluyó el experto.

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