Chile es uno de los principales productores mundiales de truchas de cultivo. Según detalla la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), esta especie «es un pez carnívoro de agua fría, no nativo. Existen variedades acondicionadas a vivir solo en agua dulce y otras que pueden desarrollar su vida tanto en agua dulce como salada. Su cultivo se realiza en la zona sur del país, entre las regiones del Biobío y la de Magallanes y de la Antártica Chilena».
En el país sudamericano la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) fue introducida desde principios del siglo XX. Cuenta con una talla promedio de 50 centímetros, siendo Japón, Tailandia, Estados Unidos, Rusia, China, Canadá, Australia, Alemania, Corea del Sur, Francia, Vietnam, Brasil y Singapur los principales mercados de destino.
Este salmónido es considerado una de las especies más invasoras en ambientes dulceacuícolas. La trucha arcoíris presenta filopatría (permanece en el mismo territorio de nacimiento, o vuelve al mismo para reproducirse o nidificar), por lo que sus poblaciones tienden a estructurarse por cuencas y retornar a desovar a sus sitios de origen. Además, existen barreras físicas que impiden su dispersión. Lo anterior, convierte a las truchas en un adecuado modelo para evaluar cambios en patrones genéticos post-introducción.
En Puerto Montt (región de Los Lagos), Cristian Canales, doctor en Sistemática y Biodiversidad, y profesor asociado de la Universidad de Los Lagos (ULagos) e investigador del Centro i~mar, se encuentra desarrollando hace tres años un proyecto Fondecyt de postdoctorado. Dicho trabajo aborda el uso de herramientas genómicas para estudios poblacionales de trucha arcoíris asilvestrada.
La investigación se centra en identificar y evaluar los mecanismos evolutivos que dan cuenta de la distribución de la diversidad génica en tiempo y espacio a nivel intraespecífico e interespecífico de organismos acuáticos. Para esto, el investigador utiliza herramientas moleculares como secuencias de ADN, microsatélites y marcadores genéticos SNP (Single Nucleotide Polymorphism).
«El Llanquihue y Todos Los Santos son dos lagos en los que la introducción, liberación y posterior naturalización de trucha arcoíris ha tenido un gran éxito. No obstante, escaso es el conocimiento respecto al establecimiento y la diversificación de estas poblaciones desde un punto de vista genómico», sostiene el doctor Canales.
Durante la investigación se identificaron más de 4.000 SNPs utilizando herramientas bioinformáticas para ambos lagos, y correspondencia factorial, arrojando como resultado múltiples diferencias entre un hábitat y otro. El doctor Canales precisa que en el lago Llanquihue «existen bastantes centros de cultivo, lo que genera una presión de propágulo de individuos que pueden salir de sus mismas jaulas y se insertan en el lago. Por otra parte, en el lago Todos Los Santos hay un sistema que está dentro de un parque nacional, por lo que cuenta con una presión de propágulo baja».
Evolución e introducción
El doctor Cristian Canales y su equipo de trabajo han logrado importantes avances aplicando tecnología de medición en poblaciones de trucha arcoíris que residen en los lagos Llanquihue y Todos Los Santos. Sus resultados dan cuenta de diferencias genómicas en truchas arcoíris que habitan en el río Maullín (desagüe del lago Llanquihue), respecto de otros ríos que desembocan en el mismo lago, como el Pescado, Blanco y Blanco Arenales.
El científico comenta que «el uso de herramientas como etiquetas de ADN asociadas a sitios de restricción (RAD) permitieron el acceso a SNPs para evaluar la estructura genética sobre un total de 192 individuos de trucha arcoíris recolectados. Estos ejemplares provenían de tres ríos asociados al lago Llanquihue (Maullín, Pescado y Blanco Arenales) y cuatro ríos asociados al lago Todos Los Santos (León, Peulla, Blanco Sur y Pata)».
La introducción de truchas en el lago Llanquihue comenzó en el río Maullín el año 1906 con una piscicultura volante. «Pensábamos que toda la especie (mismo origen) no debería presentar diferencias independiente del lugar colonizado, pero hemos demostrado que existen. Esto quiere decir que durante introducciones secundarias -ocurridas probablemente entre la década del 60 y 70- esta población de Maullín quedó prácticamente aislada», agrega el doctor Canales.
Resultados y conclusiones
La investigación da cuenta de interesantes resultados que consisten en conocer esta especie desde un punto de vista evolutivo, de introducción y saber cómo responden en el tiempo frente a diferentes hábitats. Respecto a las mediciones realizadas, se han encontrado regiones del genoma con variaciones y diferencias en caracteres morfológicos.
El comportamiento es otro factor que también resulta particular dependiendo del hábitat. Por ejemplo, dentro del lago Llanquihue las truchas se reproducen río arriba y a medida que crecen van río abajo a alimentarse al lago para repetir este ciclo durante toda su vida. En el caso del río Maullín para dirigirse al lago lo realizan contra la corriente. En el Centro i~mar se investigan estos comportamientos y se llevan a cabo diversas mediciones para poder determinar si estos tipos ecológicos de trucha se han adaptado a estas modalidades o se trata de poblaciones residentes que se acostumbraron al lugar y fueron evolucionando y modificando sus condiciones debido a barreras naturales.
El objetivo de los trabajos realizados por el doctor Canales tiene que ver con procesos de adaptación, conservación y manejo, además de componentes sociales asociados a la pesca deportiva y el turismo.
«Actualmente hay regulaciones en el ámbito de la pesca deportiva, pero debiese haber un enfoque orientado a la biodiversidad y más investigaciones que permitan realizar un mejor manejo. Queremos que esta información contribuya a futuras modificaciones a la Ley General de Pesca y Acuicultura (18.892). Hoy es importante desarrollar este tipo de investigaciones en un contexto ecológico, trófico y de interacciones; conocer los efectos de la presión de pesca y el efecto de los centros de cultivo», concluye el especialista.