A comienzos de agosto, el gerente general de la Asociación de Armadores de Transporte Marítimo Sur Austral A.G. (Armasur), Manuel Bagnara, aceptó dialogar con AQUA para profundizar en uno de los temas que ha concitado mayor atención en la industria acuícola durante las últimas semanas: la demanda presentada por Naviera Orca contra Solvtrans Chile.
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Y cuando ya ha pasado un mes desde las declaraciones de Bagnara, el gremio que representa a empresas navieras dedicadas al transporte de peces vivos y operadores de wellboats (como Naviera Orca Chile, CPT Empresas Marítimas S.A., La Península S.A., Detroit Chile S.A., Río Dulce S.A. y Transportes Patagonia Travelling Service Ltda.), nuevamente manifestó críticas a las navieras de origen noruego Solvtrans y Gripfisk (actualmente Gripship), compañías que, según la Armasur, han operado durante años en el país «sin respetar» los requisitos de nacionalidad chilena que la Ley de Navegación impone para efectos del transporte de carga de cabotaje, así como las restricciones impuestas en sus registros de naves.
Lo anterior ha significado, recordó el gremio, que Solvtrans fuese sancionada por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar) el día 9 de agosto de 2016 con una multa en dinero y que a su vez, la Contraloría General de la República, por el dictamen N°14.920, de fecha 27 de abril de 2017, le ordenase a la autoridad marítima cancelar la matrícula de las naves «Ronia Austral» y «Ronia Pacific» por haber infringido normas restrictivas de operaciones.
«Estimamos que dicha conducta no es la forma de construir empresa y relaciones comerciales; la sana competencia solo puede darse en igualdad de condiciones entre los diversos actores del mercado. Chile como Noruega y la gran mayoría de los países tienen similares restricciones de operación, es así que no resulta posible que una naviera chilena pueda operar comercialmente en Noruega, misma prohibición que ha sido vulnerada por dichas navieras noruegas», argumentan desde la Armasur, donde aseguran que el compromiso de las firmas nacionales con sus clientes y trabajadores «ha sido permanente e independiente de los avatares que ha sufrido la industria del salmón en la última década».
«Solo las navieras nacionales nos mantuvimos firmes durante los años 2007 al 2009 cuando el sector sufrió el colapso de la aparición del virus ISA y mantuvimos nuestras operaciones racionalizándolas conforme al mérito de la situación y manteniendo estable la fuente laboral de todos nuestros compatriotas, de lo cual nos sentimos orgullosos», añaden.
Más adelante, afirman que son «actores claves» para el desarrollo de la salmonicultura en Chile y diariamente los más de 2.800 trabajadores que tripulan las embarcaciones de servicios acuícolas, asociadas a la Armasur, junto a una cantidad similar que realiza labores de administración o empleos indirectos, «entregan su esfuerzo en nuestras naves para proyectar el crecimiento de la economía regional y nacional. Es por ello que haremos todos los esfuerzos ante las instancias administrativas y judiciales que la ley nos otorga para velar por el imperio de la legalidad vigente en Chile, única forma de proyectar nuestra marina mercante en el tiempo», concluyen en el gremio.