Aumenta nivel de violencia en borde costero por la «Guerra del Huiro»

Jul 24, 2017

Recolectores chilenos y peruanos se han enfrentado en caletas de Tocopilla, mientras que en los improvisados campamentos costeros se investigan amenazas e incendios intencionales.

(El Mercurio) El lucrativo comercio del huiro en la región de Antofagasta ha generado un centenar de asentamientos, en su mayoría ilegales, en los sectores costeros. En los sitios conformados en su mayoría por campamentos de unas 40 viviendas o «rucos» han aumentado las fiscalizaciones, pero también las disputas por la extracción de las algas, que se venden al mercado chino, en donde se utiliza en la producción de cosméticos.

Según la normativa vigente, solo se permite recoger algas varadas en la costa. Sin embargo, ante la voraz demanda, hoy resulta frecuente el empleo de «barretas» (especie de chuzos) para cortar de raíz las algas en las profundidades marinas, lo que está provocando daños irremediables en el ecosistema marino, según investigadores y académicos.

En tanto, los robos o peleas por quedarse con la producción van en aumento. Hace unas semanas, la disputa entre algueros peruanos y chilenos, en el sector Quebrada Honda de Tocopilla, terminó con dos recolectores ilegales del país vecino con quemaduras graves. Mientras que en abril pasado, en Caleta Buena, también en Tocopilla, otra refriega finalizó con un homicidio, originado, según pescadores locales, por el comercio ilegal de algas. «Se han armado peleas, con incendios de cabañas y muertes, como en Caleta Buena, que fue por el tema del tráfico (drogas), pero también relacionado con el huiro», detalla Ramón Barrios, dirigente de los pescadores artesanales de la región.

De acuerdo a los registros de la PDI de Antofagasta, actualmente se investigan en varios campamentos algueros denuncias por amenazas, daños simples e incendios intencionales con resultado de lesiones, todo en el marco de la llamada «Guerra del Huiro».

Para contrarrestar la extracción de algas, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) informó que desde el 14 de agosto en la región de Antofagasta habrá un límite a la recolección de hasta cinco toneladas por persona cada mes, y solo se podrá vender el huiro seco. La medida busca frenar el «blanqueo» del recurso, afirma el gobernador de Tocopilla, Sergio Carvajal.

El capitán de puerto de Tocopilla, teniente 1° David Valenzuela, afirma que la mayor fiscalización ha permitido aumentar a seis las toneladas incautadas este año, en comparación con las dos del año pasado. «Si hasta dos meses atrás efectuábamos dos a tres patrullajes hacia el norte en la semana, hoy estamos haciendo el doble de fiscalizaciones», dice.

Según registros del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), la cifra de recolectores inscritos asciende a 1.650 personas en la región, aunque no más del 50% serían los extractores activos. Sin embargo, pescadores y recolectores artesanales de la región sostienen que serían 1.500, en su mayoría ilegales, los que en promedio extraerían cada uno cinco toneladas mensuales. Por un kilo de alga limpia y seca se paga en promedio $460, labor que en una buena jornada permite obtener hasta $300.000.

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