A continuación reproducimos íntegramente la intervención del senador Rabindranath Quinteros en la hora de incidentes* del pasado miércoles 5 de julio que tituló «Navegación en mares interiores» y que tiene que ver con la búsqueda de modificar la legislación que rige a la marina mercante, fundamentalmente a los armadores que operan en la zona sur-austral del país:
«La compleja geografía de las regiones del sur-austral chileno, especialmente en la región de Los Lagos, impone una serie de desafíos para la navegación y el trabajo en el mar. Hablamos de un territorio disgregado en fiordos y canales, pequeñas caletas y localidades costeras aisladas, y un sinnúmero de islas agrupadas en archipiélagos emplazados entre la isla grande de Chiloé y el continente, que conforman un vasto territorio que, con similares características, se extiende hasta el Cabo de Hornos.
Esa zona es depositaria de un vasto potencial productivo y, ya por siglos, ha sido el escenario en el que se ha desarrollado buena parte de la actividad económica y de subsistencia de la gente de mar en el sur del país.
En las últimas décadas, las actividades productivas –históricamente sostenidas en la pesca artesanal y en el traslado de alimentos y materiales- se han diversificado de la mano del turismo y la acuicultura y, especialmente, con la producción salmonicultora.
Este nuevo escenario ha impuesto la necesidad de contar con una conectividad expedita por esa enmarañada red de islas y localidades a las que resulta especialmente dificultoso y caro acceder por vía terrestre o aérea, razón por la que existen diversas rutas de navegación que apuntan a garantizar el traslado de productos y personas, en muchos casos con subsidios de transporte otorgados por el propio gobierno.
Sin embargo, quienes se desempeñan en esta área acusan un serio problema, que tiene que ver con la aplicación de una normativa que no está pensada en la navegación a través de los mares interiores sino que en la actividad de altamar y que, por tanto, impone obligaciones y estándares difíciles de cumplir para quienes operan en este sector del país.
La legislación reconoce cinco tipos de navegación: la Oceánica, la Regional, la de Aguas Protegidas, la Lacustre y la Fluvial. Actualmente, solo la Oceánica –que involucra la navegación internacional- está detalladamente normada y esa misma regulación es la que se aplica a la navegación regional, a pesar de que su operación y características técnicas, así como las distancias y las condiciones del territorio, son diametralmente distintas.
De acuerdo a cifras entregadas por los propios armadores, aproximadamente un 84% de la flota de la marina mercante nacional opera desde Puerto Montt al sur.
Alrededor de 5 millones de pasajeros -y un millón de vehículos- se conectan al año a través de lanchas o barcazas en las regiones de Los Lagos y de Aysén. Los armadores señalan que el transporte de vehículos crece entre un 7 y un 10% anualmente.
Ellos afirman que la reglamentación vigente se sostiene en una realidad que no guarda relación ni con las condiciones geográficas de la zona sur-austral, ni con las nuevas tecnologías existentes ni con la realidad laboral. En otras palabras, aseguran que la normativa les impide convertirse en una industria competitiva y eficiente.
Efectivamente, existe un conjunto de normativas que regulan la actividad marítima en el ámbito del comercio y el cabotaje, entre estas la Ley de Fomento a la Marina Mercante Nacional, la Ley de Navegación y los códigos del Comercio y del Trabajo, pero no se hacen cargo de los temas puntuales relacionados con la navegación en las cercanías de la costa.
No podemos desconocer que, en diversos aspectos, nuestra legislación presenta severos retrasos -o cuando menos una falta de actualización- que atenta contra el desarrollo de actividades determinantes para el crecimiento y el progreso de nuestro territorio.
El aporte que la marina mercante nacional realiza al desarrollo del sur del país es innegable. No solo por su contribución al auge de actividades relevantes para la economía del país, como el turismo y la acuicultura, sino también y especialmente por el rol de conexión con zonas apartadas de la zona austral.
No parece razonable ahogar esta industria con exigencias que sobrepasan ampliamente su ámbito de acción.
Requerimos revisar y mejorar la legislación en materias de navegación comercial en aguas interiores de modo que no entorpezca el desarrollo de esta industria sino que, al contrario, establezca normas justas y adecuadas para su correcto desempeño.
Es necesario, entonces, contar con una normativa de navegación en mares interiores que sea moderna y adecuada a la realidad nacional.
Sobre esa base, por su intermedio señor presidente (del Senado, Andrés Zaldívar Larraín), pido que se solicite a la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas la información respecto de las medidas y normas que garanticen y aseguren un adecuado marco regulatorio para la navegación comercial en aguas interiores».
*La hora de incidentes es la etapa final de las sesiones en el Congreso donde los legisladores pueden promover o debatir cualquier asunto o cuestión que juzguen de interés público o conveniente para el mejor desempeño de sus cargos. El derecho a usar de la palabra corresponde a los comités y se ejerce en forma rotativa.