Investigación busca determinar el rol de los bosques de huiro en ecosistemas marinos

Ago 30, 2016

Durante seis días, los doctores Luis Miguel Pardo y Nelson Valdivia realizaron un monitoreo y extrajeron muestras biológicas de los sectores de Punta Santa Ana y Bahía El Águila, ubicados al sur de Punta Arenas, para determinar qué rol cumple la macroalga en los sistemas marinos.

(Prensa Antártica) Un grupo de científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), monitoreó y extrajo muestras biológicas en los sectores de Punta Santa Ana, a 52 kilómetros de Punta Arenas, y Bahía El Águila, en las cercanías del Faro San Isidro, en la Región de Magallanes. Esto, con el objetivo de determinar cuál es rol que cumplen los bosques de la macroalga Macrocystis pyrifera, conocida comúnmente como huiro, en los ecosistemas marinos.

Se trata de los doctores Luis Miguel Pardo y Nelson Valdivia, quienes en compañía de la asistente de investigación Dayane Osman, los biólogos marinos y buzos comerciales de Patagonia Diving, Mateo Cáceres y Diego Bravo, trabajaron durante seis días en las dos zonas de estudio. En primera instancia, la investigación que desarrollan busca cuantificar las especies que habitan en los bosques de huiro.

«Lo que más llama la atención de las áreas es que prácticamente no tienen intervención humana y ambas presentan una gran biodiversidad. Esto los convierte en lugares únicos para el desarrollo de la ciencia», aseguró Osman.

Los investigadores llevarán a cabo experimentos con el objetivo de entender cómo colonizan las especies los bosques de macroalgas, comparándolas con los lugares donde no los hay. Para ello, simularán los efectos de las condiciones climáticas del estrecho de Magallanes en un contexto de cambio global donde, por ejemplo, los regímenes de tormenta que podrían producir variación en los desprendimientos de las algas.

La hipótesis que pretende comprobar el grupo de investigadores es que los bosques de huiros son sitios de refugios y áreas de crianzas para algunas especies.

«Si fuera así, deberíamos protegerlos de forma muy estricta para, por ejemplo, tener una población de centolla o erizos juveniles abundantes. Nuestro objetivo es determinar cuál es la importancia de estos bosques para recursos tan icónicos de la Región de Magallanes», aseguró el Dr. Pardo y agregó que «el sector del Faro San Isidro tiene todas las condiciones para convertirse en una reserva marina en el futuro, pues sus características son ideales para la investigación científica».

Paralelamente, los investigadores realizaron monitoreos en la zona intermareal. Allí, se encontraron con escenarios poco usuales en el resto del país.

«Hallamos, por ejemplo, tres choritos de diferentes especies viviendo en la misma área. Inmediatamente ahí surgieron preguntas que dan pie para seguir estudiando mecanismos ecológicos que puedan ser generalizables a otros sistemas. Los sitios de Magallanes que visitamos son propicios como laboratorios naturales. Desde ellos, podemos aportar a la ecología mundial«, concluyó el Dr. Valdivia.

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