Durante los últimos diez años la industria mitilicultora chilena ha triplicado su producción llegando en 2015 a un total de 283.000 toneladas, crecimiento que le ha permitido convertirse en el segundo productor mundial y el primer exportador de mejillón congelado con casi 70.000 toneladas. Esto, le ha reportado ingresos por US$201 millones y alrededor de 17.000 empleos directos e indirectos en la Región de Los Lagos.
Esa rápida expansión ha traído aparejada la necesidad de generar conocimiento a través de la investigación aplicada que permita a los productores sustentar su capacidad adaptativa a las variaciones de distintos factores productivos, ambientales y de otro tipo, que actúan sobre la actividad, generando mermas productivas asociadas a la variabilidad ambiental, como la disminución de alimento, presencia de cadmio, disminución larval, entre otros.
Por otra parte, los estudios que han desarrollado universidades y centros de investigación tanto nacional como regional, han sido débiles en cuanto a la gestión de difusión de sus resultados a los beneficiarios finales y muchos de estos, con bajo índice de impacto aplicado.
A partir de la identificación de esta debilidad, es que a fines de 2011 la Asociación de Mitilicultores de Chile A.G. (AmiChile), en el área de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), conformó el Instituto Tecnológico de la Mitilicultura (Intemit), estableciendo la misión de aumentar la competitividad de la industria mitilicultora nacional, fortaleciendo su cadena de valor desde el abastecimiento de semillas hasta la comercialización, generando sinergias de cooperación multidisciplinarias-científico-tecnológicas, a través de investigación aplicada, productos y servicios, con énfasis en el desarrollo de soluciones a los principales problemas ambientales y productivos del sector mitilicultor, para proveer información relevante que permita tomar decisiones público-privadas.
Líneas de acción
En relación con lo anterior, y en el marco del Programa Nodos para la Competitividad de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), la AmiChile se adjudicó el proyecto «Diseño de la agenda de ciencia y tecnología para la industria mitilicultora», iniciativa que considera la realización de diferentes actividades tendientes a definir y organizar líneas de acción para fortalecer la escasa relación entre las instituciones que generan el conocimiento y la ciencia; y entre las empresas que requieren investigar y/o sistematizar soluciones aplicadas a sus procesos y productos.
«Para ello, primero se identificará a los investigadores y científicos que trabajarán las diferentes problemáticas del sector mitilicultor, profesionales que en muchos casos no están vinculados a las empresas o no desarrollan líneas de investigación a largo plazo aplicada a la mitilicultura. Dicha situación se espera resolver identificando y organizando sus capacidades y líneas de acción, a través de un mapa de actores en el ámbito de ciencia y tecnología, identificando, junto con ello, la infraestructura tecnológica disponible para el desarrollo de investigación para el sector, o en otras áreas que sean de utilidad para la industria y que aún no se han identificado», explicó la gerente de AmiChile, Yohana González.
Estas acciones permitirán desarrollar una agenda de las necesidades de ciencia y tecnología para la industria mitilicultora, detallando líneas de investigación priorizadas, hitos críticos, planes específicos, relaciones entre ellas, niveles de apropiabilidad. También se identificarán acciones que favorezcan el desarrollo y cumplimiento de la agenda de ciencia y tecnología, entre otros aspectos.
«Todo lo anterior, junto con generar un espacio de relación y encuentro entre la academia, las empresas e instituciones que permitan promover el desarrollo del capital humano, fomente las relaciones asociativas, lograr alianzas estratégicas en el corto, mediano y largo plazo, a través del desarrollo de un seminario de investigación aplicada a la industria y una rueda de negocios tecnológicos», precisó la representante gremial.
El proyecto contempla, a su vez, el desarrollo de una plataforma virtual de gestión tecnológica que identifique, en mayor detalle, las líneas de investigación tanto de baja apropiabilidad como las de alta apropiabilidad, y que contenga el mapa de grupos de investigación, para que estén disponibles a las empresas interesadas en sus servicios o trabajos de colaboración en ciencia y tecnología.
Dicha plataforma permitiría generar un espacio para plantear problemáticas, desafíos, señalar logros e interactivamente obtener una respuesta. La plataforma virtual contendrá, además, una biblioteca electrónica que consolide la investigación que se ha desarrollado en el sector, incluidas tesis académicas, publicaciones especializadas, entre otros. De igual manera, estas actividades implicarán el desarrollo del capital social de confianzas y trabajo cooperativos entre todos los agentes involucrados.