La cosecha preliminar estimada de salmónidos durante el año 2016 alcanzó a 675.500 toneladas (t). En detalle, las cifras en los informes sectoriales de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) revelan que la producción decreció en 23% en relación al 2015, producto de la floración algal (bloom) de fines del verano. Por especie, el salmón Atlántico alcanzó un 74%, la trucha explica un 11% y el salmón coho representó el 15%.
Comparado con 2015, hay cambios sustantivos en el desplazamiento de la producción de salmón Atlántico hacia Aysén (efecto de los bloom), reducción fuerte en coho y trucha disminuye en Los Lagos y Aysén, aumentando en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena.
La expectativa privada este año es una leve alza, para luego volver en 2018 a 900.000 t, según información de analistas independientes. Sin embargo, la autoridad proyecta cambios en la normativa que estabilizarían la producción en 600.000 t. En las áreas disponibles hoy, de acuerdo con la Subpesca, dicho nivel representaría mejor control del riesgo sanitario, a la luz de la historia reciente.
«En este nuevo escenario, el desafío para los proveedores no es menor. La producción tiende a concentrarse y los servicios a atomizarse; la primera por capital de trabajo y los segundos por racionalización de la primera, que conlleva menos puestos de trabajo. Los cambios en proceso son el ajuste operacional de los centros de cultivo a las áreas efectivamente concedidas, y el consiguiente aumento de las balsas a 40×40 metros para maximizar el uso del espacio y mantener producción», sostiene la Asociación de Talleres de Redes y Servicios Afines de Chile A.G. (Atared), añadiendo que lo anterior, en tanto se expanda el cultivo a nuevas áreas más expuestas a las actuales que suponen desafíos adicionales de ingeniería, logística y recursos. Así, disminuiría la demanda por servicios logísticos, mantenimiento, INFAs (informes ambientales), entre otros, en un 25-35% promedio.
Eso, en el corto plazo, sumado a la menor producción, derivaría en una guerra de precios y riesgo de una menor calidad en el servicio. En el mediano plazo, los servicios tenderían también a fusionarse para enfrentar de mejor manera los cambios en la dinámica de la industria. «Esta racionalización forzosa hará imprescindible incrementar la productividad en forma significativa, además de impulsar mayor innovación en la logística y fortalecer relaciones de largo plazo en la cadena productiva», subraya la Atared.
Es así como los gremios no estarán ajenos a los desafíos de permanencia en el tiempo, asegurar los mecanismos de la sustentabilidad en todas sus facetas y con esto, mejorar la competitividad de sus asociados y construir nuevas plataformas comunes.
«La sustentabilidad como filosofía permanente es la visión que contribuirá a certificar cada vez más todos los procesos y marcará la diferencia entre aquellos servicios que permanezcan en el tiempo y los que no. Cabe extremar precauciones en la correcta gestión a lo largo de la cadena productiva. Las malas prácticas, cuando se toleran, además de perjudicar a todos los que trabajan bien, son también sinónimo de competencia desleal y desprestigio en los mercados», enfatiza el gremio de talleres de redes.
De igual manera, sostiene que desde la óptica de los servicios, es menester que los productores privilegien asimismo a los proveedores formales y con buenas prácticas. Además, por ahorros mal entendidos de corto plazo, se pone en peligro la permanencia del buen servicio. «Es la mejor manera de eliminar la competencia desleal y las constantes amenazas a la credibilidad e imagen país. Nos hemos ganado algunas, pero no hay que ser ingenuo para no ver la falsedad de otras, amparadas por otros intereses económicos directos e indirectos. Entonces, resulta imprudente dar espacios gratuitos».
«El Estado, como eje gravitante en legislar, evaluar, fiscalizar y gestionar al sector, sigue al debe con la impostergable modificación a su modelo productivo, reclamado por nosotros desde la crisis del virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón). La autoridad sectorial aspira a que los parches funcionen de manera casi mágica. Seguimos híper regulados en los detalles, preocupados de lo micro cuando lo fundamental es lo macro. El inicio de la ley laboral y la tributaria en 100% se ven complejas, en especial a la empresa mediana, asimilada a estándar de empresa grande en varios aspectos sensibles», añade la Atared.
Y para cerrar, recordó que se aprobó en la sala del Senado la moción sobre el pago oportuno a proveedores. «De este modo, avanzamos otro paso en legislar para todos los proveedores de bienes y servicios en el país. Algo necesario en tanto mejoramos como país la cultura del debido trato entre las partes», concluye la entidad gremial.