Joven chileno gana premio internacional por método que evita el fouling en cultivos marinos

Jun 15, 2017

Próximo a egresar del colegio, se proyecta estudiando biología marina u oceanografía.

Con 18 años recién cumplidos, Camilo Merino, alumno de cuarto medio del colegio San Joaquín de La Serena, en la región de Coquimbo, se trasformó hace pocos días en el asistente más joven -además del único escolar- al 21° Congreso Internacional de Pectínidos (21° International Pectinid Workshop) efectuado en Portland, Maine, Estados Unidos. Y no solo eso: en dicho evento científico, su trabajo recibió el premio Alan D. Ansell en reconocimiento al mejor poster presentado por un estudiante. La investigación forma parte de un proyecto internacional que ya ha contemplado pruebas similares en otros mares, pero los resultados para Chile y la industria ostionera son promisorios.

La galardonada investigación de este precoz científico estuvo dedicada a realizar pruebas en terreno del uso de un impregnante para evitar o disminuir el fouling en sistemas de cultivo de ostión. El fouling o incrustamiento consiste en el crecimiento de organismos en superficies que están en contacto con agua, y que genera costos adicionales, por ejemplo, a los sistemas de cultivo.

Para realizar sus experimentos, contó con el apoyo del Laboratorio Central de Cultivos Marinos de la Universidad Católica del Norte (UCN), en especial del profesional Germán Lira.

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Camilo Merino junto al poster presentado en Estados Unidos.

El nexo de este alumno de secundaria con la UCN está dado además por sus padres, Germán Merino y Elisabeth von Brand, ambos académicos e investigadores de la Facultad de Ciencias del Mar de esa casa de estudios superiores, quienes, reconoce, siempre lo apoyan y motivan en temas asociados al quehacer científico.

Otra persona clave en su incursión en este ámbito es Sandra Shumway, una investigadora en ciencias del mar de la Universidad de Conneticutt, Estados Unidos, quien lo impulsó y  ayudó en el presente estudio. La idea, recuerda, surgió cuando, acompañando a sus padres, asistió en 2015 como oyente al Congreso Internacional de Pectínidos efectuado en Irlanda.

«En esa ocasión, Sandra Shumway me preguntó si me interesaba trabajar para presentar un trabajo en el próximo congreso que se realizaría en Portland, Maine, en 2017, y que ella me mandaría los materiales desde Estados Unidos. Una vez que llegaron las mallas y placas impregnadas, personal del Laboratorio de Cultivos Marinos de la UCN, en especial German Lira, me ayudaron a llevar estos materiales experimentales a Tongoy (región de Coquimbo) y ponerlos en las cuelgas de los ostiones y realizar los controles periódicos. Fue la primera vez que participé activamente en terreno en la obtención de datos experimentales y esta participación me agradó y encontré muy interesantes los resultados. Luego preparé el poster con datos míos y algunos obtenidos con el mismo sistema de tratamiento contra incrustantes en Brasil por el Dr. Guilherme Rupp. Una vez en Estados Unidos, me tocó presentar mi trabajo y explicarlo a los asistentes», detalló Camilo Merino.

Futuro biólogo marino u oceanógrafo

«¡Esto fue un gran desafío!», dice, comentando que, cuando le entregaron el premio al mejor trabajo presentado en poster por un estudiante, «obviamente me sentí súper feliz. En un principio lo conté solo a mis más cercanos, pero la reacción de mis amigos fue de ‘oh el tipo bkn'».

Para Camilo, además del respaldo de su familia, la investigadora Sandra Shumway y el Laboratorio de Cultivos Marinos de la UCN, ha sido fundamental el apoyo de su colegio, San Joaquín de La Serena. «Me dieron el permiso de ir todas las veces que fue necesario para revisar los sistemas experimentales y también para viajar al congreso a Estados Unidos», destaca. En ese establecimiento, igualmente, integra el Club de Rugby Changos de La Serena.

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Club de Rugby Changos de La Serena. Camilo Merino es el cuarto de izquierda a derecha de la fila de abajo.

Próximo a egresar de cuarto año medio, se proyecta estudiando biología marina en la UCN, o bien oceanografía en la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), «y luego no sé, quizás irme a otro país».

La posibilidad de asistir a los congresos internacionales de pectínidos -en Estados Unidos, Irlanda y Brasil-, «no solo me han estimulado a estudiar algo relacionado con el mar, sino también me ha dado la posibilidad de conocer investigadores de muchos países, y por eso me gustaría ir a estudiar también en otra parte», reflexiona.

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