Activistas de Greenpeace llegaron hasta el edificio de la Municipalidad de Santiago, región Metropolitana, para hacer ver al rey Harald V y la reina Sonja de Noruega las -a su juicio- graves consecuencias medioambientales que puede tener la expansión de la industria salmonicultora.
Portando pancartas con el lema «Bienvenidos reyes, pero sus salmones no», los cuales también estaban traducidos al noruego, integrantes de la ONG ambientalista se apostaron en las afueras del edificio municipal, donde los monarcas recibieron las llaves de la ciudad de Santiago.
De acuerdo con Greenpeace, la visita de los monarcas, entre otras materias, busca «de manera prioritaria y estratégica» la expansión de la salmonicultura en la zona más austral del país sudamericano.
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«La monarquía de la industria del salmón no puede conquistar ahora la Patagonia. Es que permitir arrasar con el patrimonio más austral de Chile es un atentado contra todo el país y de manera especial contra el pueblo yagán que habita la zona hace miles de años. Hablamos, en definitiva, de afectar de manera irrecuperable las aguas que son la puerta de entrada a la Antártica y lugar que alberga ballenas, delfines y pingüinos», adujo el vocero de la campaña Océanos de Greenpeace, Mauricio Ceballos.
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Más adelante, sostuvo que «lo que resulta inentendible es que en el discurso en conjunto que dieron el Presidente Piñera y el rey de Noruega en La Moneda se haya puesto especial énfasis en la necesidad de protección de los océanos. ¿Pero acaso alguien se atrevería a decir que la industria salmonicultora ha sido un aporte en la protección y cuidado de nuestros mares?».
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En este contexto, el año pasado Argentina también recibió la visita de los monarcas noruegos, tras lo cual se realizó un convenio para evaluar la factibilidad de llevar industria del salmón a la Patagonia del país vecino.
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*Créditos de la foto destacada: Gonzalo Ponce Marambio | Greenpeace.