Científicos aseguran que vertimiento de salmones no es la causa de la marea roja

Jun 17, 2016

En seminario realizado en la Universidad de Santiago (USACh), el director del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de Chile, Dr. Benjamín Suárez, y el experto Alejandro Clément sostuvieron que el fenómeno se produjo fundamentalmente por anomalías climáticas.

Este año se produjo el cuarto y más extenso brote de marea roja que se haya registrado en Chiloé (Región de Los Lagos), lo que trajo consigo problemas económicos, sociales y políticos. Actores en el conflicto plantearon que la industria salmonicultora tenía responsabilidad en esta catástrofe. Pese a que el evento ya ocurrió, la duda persiste.

Sin embargo, durante las exposiciones del seminario «Marea roja, mitos y realidad: Una mirada desde la ciencia», que se realizó en la Universidad de Santiago (USACh), el director del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de Chile, Dr. Benjamín Suárez, y el oceanógrafo y biológo marino (M.Sc.) especialista en manejo de recursos marinos y máster en ciencias de la Facultad de Oceanografía de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), Alejandro Clément, fueron categóricos al afirmar que este fenómeno ha ocurrido desde mucho antes de que la industria del salmón comenzara su actividad y que esto se explicaría, más bien, por factores climáticos.

En la instancia, Clément sostuvo que «se generó un diagnóstico equivocado en un principio, que vinculó en forma directa que el vertimiento de los salmones era la causa de la marea roja, y eso generó espuma, pero hay que generar diagnósticos objetivos».

«Existen estudios usando sondas en los segmentos realizados por la Universidad de Concepción donde se puede datar la presencia de Alexandrium catenella hace cientos de años. Distinto es el aporte que genera la acuicultura. Analicemos cada una de esas cosas, pero no las mezclemos, porque eso generará confusión y diagnósticos equivocados», subrayó.

Durante su exposición, Clément explicó que las anomalías climáticas que se generaron a inicios de este año y que permitieron la extensión de este fenómeno fueron los desplazamientos hacia el sur de la deriva del viento del oeste y la presencia de un nicho abierto de fitoplancton como consecuencia de la corriente de El Niño, entre otros factores.

Benjamín Suarez, Eugenio Spencer y Alejandro Clément (Foto USACh)

El consultor reconoció que los diagnósticos realizados sobre la última floración de algas nocivas en Chiloé fueron erróneos. «Nos equivocamos todos los que pensamos que esto se estaba dando en el mar interior. Soy autocrítico. Debemos estudiar el mar exterior, ya que nuestros pronósticos y análisis solo consideraban el interior, y es desde afuera desde donde viene la gran masa de esto», puntualizó Clément.

Por su parte, el Dr. Benjamín Suárez argumentó que «esto ha sido disfrazado de mucha denuncia, mucha acrimonia, mucho ‘flyer’, y creo que hay un dilema científico-tecnológico real detrás de eso».

«En Chile, el problema se detectó en Magallanes en el año 1972, pero hay fenómenos que preceden a la historia de la acuicultura. Una pregunta válida que permanece es si esto puede incidir en la intensidad, extensión o modulación por factores ambientales por una intervención de este tipo. Esta interrogante permitirá que la industria, que en estos momentos no es competitiva y que presenta serios problemas de financiamiento, que le impiden expandirse, tenga una posición de sostenibilidad integral», agregó.

El director del Departamento de Biología de la USACh -que organizó el evento-, Claudio Acuña, sostuvo que el seminario «desde el punto de vista científico, derriba muchas cosas que se estaban generando en el inconsciente colectivo respecto a cómo se genera la marea roja. Se pensó que la industria del salmón era el principal enemigo del medioambiente asociado a esto, pero gran parte de esta versión se desmitificó y se dejó en claro que, en nuestro país, hay falencias terribles con respecto a políticas públicas en este tipo de procesos, que generan un impacto social y económico sobre todo en regiones del sur que viven en base a la producción marina».

Propuestas

Para el Dr. Suárez, uno de los aspectos importantes a considerar a futuro es considerar «una mayor coordinación entre el Ministerio de Salud y el Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura), y que el monitoreo de las zonas costeras debe ser constante, de aquí en adelante, debido a este fenómeno oceánico que nunca se previno».

Por su parte, Clément propuso «generar valor agregado en los productos que son comestibles y sanos desde el punto de vista de la inocuidad alimentaria frente a la marea roja, como los pescados -menos anchoveta y sardina-, porque el evento se puede repetir».

El M.Sc. por la Universidad de Oregon también resaltó la importancia de realizar «difusión, capacitación y educación en forma muy fuerte y rápida en las comunas costeras, antes de que suceda el problema, para que los niveles de incertidumbre bajen y la gente se pueda informar lo más adecuadamente posible», concluyó.

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