En medio de la costa plagada de fiordos de Noruega, cerca de 3.500 balsas-jaula cultivan más de 400 millones de salmones y truchas. El país nórdico exporta más pescado de este tipo que cualquier otra nación del mundo (1,1 millón de toneladas en 2018. Le sigue Chile con cerca de 700.000), siendo el salmón una de sus tres principales exportaciones.
Pero producir peces no está exento de desafíos. Alimentarlos es costoso. Los llamados piojos de mar (Lepeophtheirus salmonis) se adhieren a sus cuerpos y parasitan en la piel, la sangre y la mucosidad. Si los piojos no matan al pez, algunos métodos de desparasitación podrían hacerlo. Alrededor del 15% del salmón cultivado muere anualmente, según Norway Royal Salmon (NRS), salmonicultora que controla a Arctic Offshore Farming, empresa que desarrolló una nueva jaula para operar en alta mar y que se asemeja a una canasta gigante.
Será en 2020 cuando se pruebe por primera vez la jaula, específicamente frente a la costa de la provincia de Troms, cerca de una pequeña isla que ayudará a reducir las fuertes olas. Si las pruebas de campo van bien, la jaula podría trasladarse mar adentro, dicen en NRS.
Equipada con medidores inalámbricos, sensores y cámaras, la jaula permitirá a los trabajadores a bordo de un pontón cercano monitorear los peces y alimentarlos de manera remota. «El sistema de alimentación reduce el costo energético en un 50% en comparación con los métodos convencionales. Y debido a que esta jaula offshore mantendrá a los salmones a una profundidad de entre 10 y 40 metros, debajo de la zona iluminada por el Sol en donde prosperan los piojos de mar y las algas nocivas, se reduciría o eliminaría la necesidad de operaciones de limpieza y las tasas de mortalidad serían significativamente menores», sostienen en Arctic Offshore Farming.
Para más detalles descargue aquí el documento publicado por Spectrum.ieee.org >> AN AUTOMATED OFFSHORE FISH FARM COMES TO NORWAY