Experto en antibióticos británico: «Si los productores de salmón en Chile los siguen usando pronto nadie les va a comprar»

Ene 11, 2017

Nombrado por David Cameron para realizar un informe con la causas del alto costo de enfermedades provocadas por bacterias comunes que se han hecho resistentes a los antibióticos, el economista y ex secretario del Tesoro Británico Jim O'Neill, invitado por el Congreso del Futuro, concluye que en parte se produce por el abuso de ellos por parte de la industria alimentaria.

(El Mostrador) Trabajó durante largo tiempo en el sector financiero privado, fue secretario comercial del Tesoro Británico (nombrado por David Cameron), se ha hecho un experto en el alto costo de enfermedades a causa de bacterias resistentes debido al uso y abuso de antibióticos, apoya la educación pública y cree que es clave para que Chile alcance el desarrollo. De esto y de la importancia positiva y negativa de las regulaciones, de las normas de etiquetado de los alimentos que alaba con entusiasmo, del efecto Trump y el Brexit en la economía mundial, conversó El Mostrador C+C con el economista británico Jim O’Neill, famoso en todo el mundo por haber inventado el término BRIC para denominar a los países emergentes como Brasil, Rusia, China e India.

O’Neill (Manchester, 1957) vino a Chile invitado por el Congreso del Futuro, un evento que congrega a científicos e intelectuales, en Santiago y regiones, desde el lunes 9 y hasta el domingo 15 de enero.

Con larga experiencia en el sector financiero, como integrante de las firmas mundiales Goldman Sachs y Morgan Stanley, también es parte de la Cámara de los Lores.

Polémica salmonicultora

En el día inaugural, en el ex Congreso, participó en el panel «Bacterias, ¿enemigas o aliadas?», donde causó polémica al afirmar que si Chile sigue produciendo salmones con un exceso de antibióticos, pronto en los mercados internacionales les van a dejar de comprar.

Estas aseveraciones tienen relación con su expertice en el campo luego que Cameron le encargara un profundo estudio para determinar el costo y las causas del por qué muchas enfermedades que eran producidas por bacterias comunes, hoy resultan resistentes a los tratamientos. Entre las diferentes recomendaciones que emanó del informe fue dejar de usar masivamente de estos por parte de la industria alimentaria, y en el caso de Chile, específicamente por parte de los productores de salmónidos.

Vea >> El urgente llamado a reducir el uso de antibióticos en la salmonicultura chilena

«Lo que he destacado es que, ya hace dos o tres años, hemos empezado a ver empresas estadounidenses que dicen comprar menos salmón por los antibióticos. Si Chile no cambia, esa tendencia podría continuar y extender a otros mercados».

¿Quién es el responsable de este problema? Porque hay empresas noruegas, por ejemplo, que en su país producen con mucho menos antibióticos que en Chile.

La respuesta es muy simple: las autoridades chilenas deben crear normas más estrictas, porque las empresas simplemente siguen las leyes.

A veces las exigencias son bajas para atraer la inversión. ¿Cuál es el punto de equilibrio?

Ese es siempre el dilema. Por ejemplo, hoy me reuní con algunas autoridades de salud. Es alentador que Chile está desarrollando una agenda en salud, siguiendo el plan de acción de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para personas, en la agricultura y la pesca, bajo un marco común. Eso es muy importante, en mi opinión, porque hoy la industria en general tiene una forma de pensar muy independiente del Ministerio de Salud, por ejemplo. Chile debe ajustar su normativa y no solo preocuparse. Deben tener más confianza en sí mismos y no temer lo que vayan a perder. Si tomas un ejemplo contrario, como he escuchado de Brasil, usualmente en la comida los estándares son mayores para los productos de exportación que los del mercado interno. Así que si quieres fijarte en los mejores estándares a nivel mundial… debes hacer las cosas que implican.

¿Cree que es una señal de los tiempos de que los consumidores son más y más conscientes?

Creo que sí. Es muy interesante. En mi equipo solíamos bromear sobre lo que llamábamos el «Shake Shack Factor». En Estados Unidos hay una cadena de hamburguerías de moda llamada Shake Shack, y los más jóvenes que yo van a este lugar, donde le dan mucha importancia al tema de la comida libre de los antibióticos. Grandes cadenas como McDonald’s han empezado a perder terreno y comenzado a competir, por ejemplo, con grandes anuncios en Estados Unidos sobre el origen de la carne de pollo que usan. Y creo que sin Shake Shack jamás habría sucedido. Creo que este fenómeno es, en parte, un reflejo de la sofisticación de los consumidores. Por eso al llegar a Chile me alentó ver las etiquetas negras en los alimentos. Ni siquiera tenemos eso en Inglaterra.

Fue una gran discusión con la industria…

Seguramente. Tiene que ver con las normas. Supongo que una de las razones por las que me invitaron al Congreso del Futuro es porque alguna autoridad chilena importante cree que el tema de los antibióticos debe ser más importante.

En ese sentido, ¿qué tan importante será en veinte o treinta años el tema del origen de los productos? Por ejemplo, no sabemos si nuestra ropa es fabricada en Asia por niños.

Tengo la sospecha de que será cada vez más importante, aunque no es algo sobre lo que haya reflexionado mucho. Si miro a los jóvenes británicos, tienen una mente más sofisticada sobre el bienestar general, así que tendrán opiniones más de peso sobre derechos humanos. Creo que serán grandes temas.

Economía mundial

¿Cómo cree que afectará el fenómeno Trump y el Brexit la economía mundial? Venimos de una década de crecimiento bajo.

Acabo de estar con algunos economistas y les dije que, aunque sea sorpresivo, si miras los indicadores de alta frecuencia, que salieron esta semana, incluidos el Reino Unido y Estados Unidos, la economía mundial terminó el 2016 más fuerte que al comienzo, a pesar de Trump y el Brexit. Aunque las élites intelectuales digan estar preocupadas, no hay ninguna evidencia hasta ahora de que consumidores o productores lo estén. Eso es muy interesante, aunque sea temporal. No descarto la posibilidad, particularmente en el caso de Trump, de que se estén liberando ciertos sorprendentes espíritus animales.

¿Espíritus animales?

Llamo espíritus animales un crecimiento oculto que debe aflorecer, y que ha estado retenido hasta ahora. Sospecho que la gran sorpresa en el primer semestre de este año es que el crecimiento será mayor al esperado por el consenso económico. Aunque no sé cuanto durará.

¿Podríamos decir entonces que a los consumidores y productores no les importa Trump o el Brexit?

Hay que recordar que Trump ganó una elección democrática, igual que el Brexit. A veces uno olvida que hay gente que quería esto. Ellos están contentos. Tal vez porque no entiendan, pero en el futuro inmediato son felices, y creo que muchos comentaristas intelectuales ignoran este hecho. Además hay una política fiscal generosa, tanto en Europa como Estados Unidos, que también podría ayudar al crecimiento.

Presione aquí para continuar leyendo la entrevista en Cultura + Ciudad (C+C) de El Mostrador.

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