Durante la tarde de ayer jueves 13 de junio, la Asociación de Salmonicultores de Magallanes se refirió a las últimas declaraciones de la senadora Carolina Goic en las que mencionó que distintos sectores, como la pesca artesanal, el turismo y la conservación podrían verse afectados por la industria del salmón.
La legisladora, además, expresó que no está en contra del desarrollo de la salmonicultura, lo que, a juicio del gremio, «parece bastante paradójico luego de todas las declaraciones que ha dado en contra de la salmonicultura en Magallanes. Solo hay que recordar aquella columna en un medio escrito de la región, el 7 de abril de este año, que titulaba ‘¡NO! A las salmoneras’. Pero en el tema de fondo, la industria ha demostrado con hechos que es posible que todos los sectores en Magallanes, cumpliendo con la normativa, pueden coexistir».
Según el gremio, hace unos días fue público el apoyo de pescadores artesanales de Magallanes a la actividad salmonicultora. «Y es que ambos sectores comparten la realidad del mar; hay prestadores de servicios de la industria que son o fueron pescadores artesanales; en definitiva, mantienen una relación de hace años, que se está fortaleciendo mediante un trabajo coordinado. Los ejemplos de colaboración son varios, desde ayuda mutua en el mar en caso de incidentes, hasta propuestas para apoyar a la pesca artesanal en el retiro de residuos desde zona de pesca, cuestión que no ha podido ser resuelta en favor de este sector», sostiene el gremio salmonicultor de la austral región.
En el caso del conservacionismo, la entidad asevera que la historia tampoco es diferente. «La industria es la primera que debe cuidar el patrimonio medioambiental de la región, ya que esto permite que se pueda criar un salmón de excelencia, que da la posibilidad de ingresar a mercados complejos, a los que otros productores simplemente no pueden entrar. Por otro lado, la industria posee concesiones por 2.100 hectáreas (134 concesiones), de las que utiliza menos de un tercio por ciclo productivo. Eso, versus las 8 millones de hectáreas destinadas a la conservación. ¿Realmente no pueden convivir la salmonicultura con la conservación? o ¿simplemente se quiere terminar con una industria que emplea a más de 5 mil personas en la región y la que hasta ahora, luego de 20 años de historia, ha sido un ejemplo de producción sustentable?», se preguntan los salmonicultores de Magallanes.
Finalmente, tampoco es incompatible el cultivo del salmón con el turismo, ahonda el ente gremial, argumentando que ambos rubros no utilizan los mismos espacios, «y si se quiere ir más allá, en época estival los hoteles y restaurantes aumentan su demanda de salmón en Magallanes, como una muestra de que las salmonicultoras aportan a la gastronomía regional un producto de primera calidad, para los turistas, pero también para los magallánicos».
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*Las fotos que acompañan esta nota fueron entregadas por la Asociación de Salmonicultores de Magallanes.