La Asociación de Productores de Salmón y Trucha de Magallanes (APSTM) se refirió esta semana al proyecto de ley presentado por el diputado Juan Morano que busca permitir la captura de salmones que hayan escapado desde centros de cultivo.
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El gremio salmonicultor sostiene que cuando se argumenta que hay gran cantidad de escape de salmones y que esto daña fuertemente al ecosistema, no hay datos que así lo prueben. Chile no cuenta con estudios sobre el impacto que puede provocar estos episodios.
En Magallanes, si bien es cierto que han existido fuga de salmones desde los centros de engorda, la APSTM señala que en los últimos diez años la industria local no ha tenido más que dos episodios que lamentar. Uno de estos en 2012, cuando 932 reproductores de salmón se escaparon desde la empresa Salmones Magallanes, de los cuales la misma organización, a través de sus planes de contingencia, recuperó 620 ejemplares. Situación similar ocurrió en Nova Austral, cuando producto de las malas condiciones climáticas se escaparon cerca de 7.000 peces, el año 2016, de los cuales se recuperó más de 6.000 ejemplares.
«Hay que ser rigurosos con la información y no desconocer que Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura) lleva un control exhaustivo sobre el número de peces de cada centro y si hay un escape, ellos manejan la información. Esa estadística está disponible y es bastante baja. Además, nos parece extraño que se diga que dejamos escapar peces. Primero, porque está prohibido y se cataloga como un delito ambiental y segundo, porque ninguna empresa querrá tener pérdidas económicas dejando escapar parte de su patrimonio. Es como si un estanciero, a propósito, liberara sus ovejas», argumentó el gerente de Farming de Salmones Magallanes, Óscar Garay.
De igual manera, añaden en el gremio, producto de la vida que han llevado estos peces, en el caso de que tengan la posibilidad de salir de las jaulas, estos se quedan alrededor ya que están acostumbrados a recibir alimento y a no a buscarlo por sí mismo fuera de esta que es su área natural, lo que hace posible que la misma empresa pueda recapturarlos.
«La industria no percibe como un beneficio este proyecto de ley y tiene dudas sobre las repercusiones que podría alcanzar. Es por esto que, si lo que se quiere es evitar impactos que estos episodios pudiesen tener sobre al ecosistema de nuestros mares, la dirección correcta es continuar evitando que los peces se escapen, lo que se realiza mediante un trabajo constante para que ni las condiciones climáticas, ni los depredadores naturales de los salmones, ni menos aún la intervención de terceros, sean responsables de que los salmones se escapen», agregan en el gremio magallánico, subrayando que en otras oportunidades han surgido iniciativas de este tipo, «que no han prosperado porque es de conocimiento público que la industria, en otras regiones, ha tenido que enfrentar el escape intencionado de peces, y una iniciativa de esta naturaleza deja la puerta abierta para se pueda realizar este tipo de acciones criminales, lo que obviamente iría en desmedro del espíritu de este proyecto de ley».