La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) plantea que uno de los problemas que existe en Chile para el consumo humano de productos de acuicultura es la accesibilidad universal de estos. Es que por un lado, la industria, al contar con un mercado internacional grande, no se interesa en desarrollar la venta interna, y por otro, la condición geográfica del país dificulta la logística de distribución de los productos, lo que se traduce en altos precios para la venta. También sostiene que el Estado de Chile, cuya población es una de las que posee las tasas más elevadas de obesidad en Latinoamérica, en vez de tener que importar, debiera determinar un porcentaje de este tipo de alimentos producidos en el país para asegurar el consumo nacional, a precios y calidad aceptables.
Dentro del análisis que ha realizado la FAO sobre la diversificación de la industria acuícola del país, destaca el alcance de cómo impacta en el desarrollo general de este sector la falta de fomento a nivel nacional que existe hacia productos de este origen, con un promedio de compra de 6 kilos per cápita, versus los 20 kilos promedio per cápita a nivel mundial. Y uno de los aspectos que se ve afectado por no potenciar este mercado a nivel local, es la falta de interés que existe en estudiar la carrera de acuicultura, por lo que universidades y politécnicos se han visto obligados a cerrar sus facultades.
Para aportar en este último frente, Colorado Chile invitó a los alumnos de tercero y cuarto medio que siguen la especialidad técnica de acuicultura del Liceo 
Carmen Rodríguez Henríquez de Tongoy. En una jornada especialmente pensada para ellos, el equipo de Colorado Chile ejecutó un completo recorrido a los estudiantes por todas las unidades que componen el centro de cultivo de congrio colorado.
«Esta iniciativa se presenta como un primer acercamiento y abre la posibilidad para comenzar a pavimentar el camino hacia un trabajo conjunto que pueda concretar una de las aspiraciones y proyectos comprometidos en el Programa Tecnológico Estratégico, asociado a la acuicultura a pequeña escala», sostienen en Colorado Chile.
El objetivo de la visita, además de brindar herramientas técnicas y teóricas sobre el cultivo de especies de interés comercial, tuvo como foco acercar a los alumnos a este emprendimiento desde la experiencia personal vivida por sus gestores, para que pudieran conocer los distintos desafíos a los cuales debe enfrentarse quien tome la senda de la innovación. El perfil de un profesional de esta área y el tipo de capital humano que requiere la industria acuícola, también tuvo lugar en los espacios de diálogo que se dieron durante la visita.
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La tecnología 2.0 que caracteriza el centro de cultivo ‘Panul’ no fue impedimento para encontrar un lenguaje en común. Los visitantes, más bien acostumbrados a experiencias de cultivo asociado a moluscos, igualmente hicieron notar sus competencias para engranar con el relato de los expositores, avivar su curiosidad y ser asertivos a la hora de responder preguntas. Unidades como las de dietas vivas y engorda, y sistemas de recirculación de agua, que para ellos resultaron ser una novedad, dejaron entrever la capacidad de asombro e interés que estos futuros técnicos en acuicultura tienen hacia la ciencia que estudian», añaden en Colorado.
Macarena Contreras, licenciada en ciencias del mar y bióloga marina de la Universidad Católica del Norte (UCN), quien es docente de cuatro de los nueve módulos que se imparten en la carrera técnica de acuicultura del liceo, en relación con esta primera vinculación con Colorado Chile, comentó que «este es el camino correcto para potenciar el área acuícola de la región: colaborando en conjunto para potenciar a jóvenes de la localidad de Tongoy, rompiendo el ciclo de la pobreza, apostando por la descentralización de la actividad acuícola y formado capital humano especializado que tenga las competencias reales que son necesarias para la empresa actual».
La carrera de acuicultura de este liceo ha centrado sus estudios particularmente en ostiones y otros moluscos, en concordancia a la principal actividad 
productiva de Tongoy. Pero las dificultades que ha debido enfrentar esta industria una vez más pone en manifiesto la necesidad de diversificar especies y mirar hacia otras oportunidades de desarrollo de Investigación y Desarrollo (I+D).
Al respecto, Macarena Contreras sostiene que la industria del ostión «es y será de gran importancia para nosotros. Nos ha apoyado y potenciado desde hace años. Es parte de nuestro ecosistema social y centro productivo en la bahía de Tongoy. Sin embargo, es una industria que presenta altas variaciones productivas, falta de desarrollo tecnológico y carente de formación técnica. Nos hacemos cargo de nuestra responsabilidad, vemos una oportunidad en los problemas. Nos encontramos con una industria de aproximadamente 30 años de historia que tiene ganas de trabajar y nos apoya, reconociendo los avances y logros de nuestros técnicos, que son técnicos, no operarios. Sin embargo, al igual que la mayoría de la industria, nos preocupa depender de solo un recurso, la diversificación es necesaria. Hoy consideramos que el congrio es más que una ‘luz al final del túnel’, congrio es una realidad. Las problemáticas que enfrenta la acuicultura en Chile es un desafío que debe ser enfrentado como bloque. Enamorarnos del problema y dar múltiples soluciones».
En relación con la brecha y dificultades con las que se ven enfrentadas las carreras técnicas de este campo, la docente enfatiza: «Se necesitan docentes comprometidos con la educación de los estudiantes, directivos proactivos y relacionados directamente con la especialidad, directores comprometidos con la educación técnica, alumnos motivados y comprometidos con su propio futuro y un sostenedor con competencias claras, respaldado por las políticas actuales y el gobierno de turno. Necesitamos, además, vincularnos con el área productiva, no solo en visitas, sino que en el desarrollo de actividades prácticas mientras se forma el estudiante, ingresar las necesidades de la empresa al aula, discutirlas y apoyarlas con actividades reales antes que el alumno se enfrente a su práctica. Potenciar las habilidades blandas, nuestros estudiantes deben contribuir a esta sociedad. Debemos sentarnos a conversar y hacer funcionar el ecosistema social al cual pertenecemos todos».
Añade que para asegurar una actividad productiva sostenible en el tiempo deben participar múltiples actores, capaces de articular en conjunto un sistema funcional y 
beneficioso para cada uno de ellos.
«La industria acuícola necesita profesionales capaces de satisfacer sus requerimientos, pero a la vez, profesionales de esta área necesitan oportunidades laborales favorables, ambos necesitan de un paraguas aún mayor, que es contar con una demanda de mercado nacional creciente y estable y con una visión país que le dé a la actividad acuícola un rol significativo como fuente nutricional de calidad, alternativa a la matriz económica y recuperación de especies marinas», concluye la bióloga marina de la UCN.