Un nuevo estudio, publicado en la revista especializada Nature Ecology & Evolution, sostiene que casi todos los países costeros del mundo podrían satisfacer sus necesidades domésticas de productos del mar a través de la acuicultura, utilizando solo una pequeña porción de su territorio oceánico.
Los hallazgos del equipo de científicos de la Universidad de California – Santa Bárbara (UCSB) e investigadores de Nature Conservancy, Universidad de California (UCLA) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) demuestran la capacidad de los océanos para la expansión de la industria acuícola.
«Hay mucho espacio que es adecuado para la acuicultura, pero esto no es lo que va a limitar su desarrollo», subrayó la autora principal del estudio, Rebecca Gentry (en la foto), quien recientemente completó su doctorado en la Bren School of Environmental Science & Management de la UCSB. «Va a haber otras cosas como la gobernanza y la economía», enfatizó.
Los autores se refirieron a la acuicultura como el sector alimentario de más rápido crecimiento, que está preparado para abordar los crecientes problemas de inseguridad alimentaria en todo el mundo.
Según la investigación que fue destacada por la Alianza Global de la Acuicultura (GAA, por sus siglas en inglés), los «puntos calientes» de la acuicultura en los océanos de todo el mundo proporcionan espacio suficiente para producir 15 billones de toneladas anuales de peces, más de 100 veces el consumo mundial actual de productos del mar. Es que si la acuicultura se desarrollara solo en las áreas más productivas, los autores observaron que los océanos podrían producir teóricamente la misma cantidad de peces que las pesquerías silvestres del mundo generan actualmente en un área del tamaño del lago Michigan, menos del 1% superficie total del océano.
«Solo hay un par de países que están produciendo la gran mayoría de lo que se está obteniendo desde los océanos en este momento», subrayó Rebecca Gentry, asegurando que han evidenciado cómo la acuicultura «podría estar mucho más difundida en todo el mundo, y cada país costero tiene esta oportunidad».
Estados Unidos, que importa más del 90% de sus productos del mar, podría producir lo suficiente para satisfacer la demanda nacional utilizando solo el 0,01% de su zona económica exclusiva (ZEE), sostuvo la doctora de la UCSB, quien precisó que el déficit comercial de los productos del mar de Estados Unidos supera los $13.000 millones.
«La acuicultura marina proporciona un medio y una oportunidad para apoyar los medios de vida humanos y el crecimiento económico, además de proporcionar seguridad alimentaria», manifestó Ben Halpern, director ejecutivo del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológicos de la UCSB (NCEAS, por sus siglas en inglés) y coautor del estudio. A su juicio, «no se trata de si la acuicultura será parte de la producción de alimentos en el futuro, sino dónde y cuándo. Nuestros resultados ayudan a guiar esa trayectoria», afirmó.
Los investigadores identificaron áreas donde las condiciones oceánicas podían apoyar a los centros de cultivo utilizando datos sobre parámetros oceanográficos como la profundidad del agua, los registros de temperaturas tomados durante los últimos 30 años y las necesidades biológicas de 180 especies de peces y mariscos. Los lugares en conflicto con otros usos –zonas marítimas y áreas marinas protegidas– fueron descartados, al igual que las áreas con profundidades oceánicas superiores a 200 metros.
«Hay tanta área disponible que hay mucha flexibilidad para pensar en cómo hacer esto de la mejor manera para la conservación, el desarrollo económico y otros usos», enfatizó Rebecca Gentry.
Por su parte, Halley Froehlich, coautora del estudio, dijo que se espera que la acuicultura aumente un 39% en la próxima década, lo que es un nuevo aliciente para compensar las limitaciones de las pesquerías silvestres.
«Esta es realmente una oportunidad para dar forma al futuro de los alimentos para las personas, siempre con el foco puesto en resguardar el medio ambiente», destacó Halley Froehlich, agregando que la ciencia, la conservación, la política y la industria deben colaborar para colocar y manejar centros acuícolas en las áreas más apropiadas a fin de evitar la contaminación y prevenir las enfermedades.
Esta investigación forma parte de la Asociación para la Naturaleza y la Gente (Science for Nature and People Partnership), una colaboración del NCEAS, The Nature Conservancy y Wildlife Conservation Society (WCS).