Integra Chile es una empresa de capitales nacionales con más de 20 años de experiencia en el procesamiento y comercialización de productos del mar. Y fue en 2012 cuando enfocaron su estrategia en ser parte de la cadena de valor de la industria del salmón, a través de la elaboración de productos en múltiples formatos y preparaciones orientados principalmente al retail.
Posee una planta y un frigorífico en la comuna de Puerto Montt, región de Los Lagos, donde se desempeñan más de 220 personas, todas contratadas en forma directa, sin subcontratistas; y donde se procesan los salmones y truchas que son exportados a más de 30 países.
«Las Empresas B son compañías que redefinen el sentido del éxito empresarial, usando la fuerza del mercado para dar solución a problemas sociales y ambientales. Este nuevo tipo de empresa amplía el deber fiduciario de sus accionistas y gestores para incorporar intereses no financieros, cumpliendo un compromiso a generar impactos positivos socioambientales, operando con altos estándares de desempeño y transparencia», explican en Sistema B Chile.
En diálogo con AQUA, el gerente general de Integra, Roberto Verdugo, manifestó, en representación de la compañía, la satisfacción por este logro.
Mientras muchas organizaciones están buscando certificaciones relacionadas con la ISO, ¿por qué ustedes decidieron buscar el reconocimiento como Empresa B?
Creemos que el pilar fundamental para el éxito de una empresa es contar con trabajadores comprometidos con ella. Y para esto es necesario una mirada más integral, en 360°, considerando a trabajadores, clientes, proveedores, la comunidad y el medio ambiente. La «vieja escuela» de los negocios, donde los empresarios procuraban alcanzar sus objetivos sin considerar muchos actores e instancias que son fundamentales en el logro de los objetivos y proyección en el largo plazo de una empresa en la realidad actual, está en retirada.
En ese sentido, todo el proceso de certificación B es un muy buen instrumento para enfocar esfuerzos en esa línea. Sin embargo, esto no significa que el resto de las certificaciones no nos interesen. Al contrario, nuestro equipo es tremendamente exigente en materias de calidad de producto, proceso, inocuidad y trazabilidad.
Ello se evidencia en que nuestra planta también está certificada BAP, CoC para ASC, HACCP, Kosher, entre otras. Y vamos por más.
¿Cuáles han sido los principales desafíos encontrados en este camino?
Hemos trabajado directamente con Sistema B Chile, que lidera el tema de Empresas B en nuestro país, y con BLab en Estados Unidos, que entrega la certificación. Los principales desafíos fueron por el lado de orientar a la organización completa en este objetivo y entender que cada decisión que tomamos no puede desconocer el compromiso adoptado.
Fue un proceso de varios meses de trabajo, que culminó con éxito esta semana (martes 1 de agosto).
¿Cómo gestionarán los intereses de los diferentes stakeholders y requisitos como la transparencia?
Cuando tomamos un compromiso como este, es fundamental buscar un equilibrio concreto y realista entre los distintos stakeholders, lo que a su vez conlleva una evaluación constante de las distintas decisiones y acciones que tomamos como empresa.
Respecto a la transparencia, más que un requisito impuesto por alguna certificación, para Integra Chile ha sido siempre un deber internalizado desde sus inicios.
¿Es esta certificación realmente reconocida por los mercados y/o consumidores internacionales? ¿Cómo la proyecta a futuro?
Si bien nuestra motivación original no va por ese lado, sino que como una forma de plasmar en el día a día lo que creemos es la forma correcta de operar una empresa para que ser exitosa y sustentable en los nuevos tiempos, no nos cabe duda que en un plazo cada vez más cercano, de una forma u otra, será requisito indispensable para poder competir en muchos de los canales más importantes de comercialización.
En otras palabras, nos inclinamos a pensar que los mismos consumidores finales serán los que exigirán este tipo de sellos.