Un importante avance en el sistema de trazabilidad, que permite declaraciones pesqueras vía Internet, logró el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) esta semana al completar la incorporación de las 36 plantas elaboradoras y 66 comercializadoras de harina y aceite de pescado que operan en el país.
El sistema de trazabilidad busca mejorar la sustentabilidad y competitividad del sector, enmarcándose en la estrategia de modernización del Sernapesca, que mediante esta herramienta ofrece a los usuarios declarar y seguir en línea sus operaciones, registrando la historia de origen, procesamiento y disposición de las materias primas.
«Con estos datos mejoramos además la información de base para el diseño de estrategias de manejo y fiscalización de las distintas pesquerías», explicó el director nacional del Sernapesca, José Miguel Burgos.
La autoridad precisó que la industria reductora recibe hoy el 52% de los desembarques resultantes de la pesca extractiva, generando cerca de 200.000 toneladas de harina de pescado y 30.000 toneladas de aceite, que en 2016 reportaron divisas por US$438 millones en exportaciones.
Estas materias primas son provistas por la actividad de 81 naves industriales, la totalidad operando vía trazabilidad. Mientras que en el subsector artesanal de las pesquerías pelágicas para la industria reductora, el 92% de las 499 naves mayores a 12 metros de eslora, ya declaran por trazabilidad y el 66% de las 320 naves menores de 12 metros, también usa esta vía.
«Es importante señalar que Sernapesca ha adoptado una estrategia segmentada y gradual para el sector artesanal, manteniendo facilidades para la capacitación e ingreso de estos agentes al sistema, entre las que se encuentran la disposición de equipos de autoatención y personal disponible para capacitar a los armadores artesanales o sus familiares en el ingreso al sistema», afirmó Burgos.
La siguiente fase es completar la incorporación a la pesquería de la jibia, uno de los recursos más importantes hoy por el número de actores en la extracción, comercialización y procesamiento del recurso, para continuar luego con los recursos derivados de la acuicultura, mediante la incorporación de plantas salmonicultoras.
«El objetivo final es dotar a todas las pesquerías y actividades involucradas de la capacidad de describir las cadenas de distribución, incorporando valor público a la gestión de la información mediante la mejora de competitividad de estos sectores», concluyó el representante de Estado.