El pasado viernes 10 de noviembre, el gerente general de la salmonicultora Ventisqueros, José Luis Vial, hizo llegar una carta al director para referirse al wellboat «Seikongen» de propiedad de CPT Empresas Marítimas que prestaba servicios de transporte de peces cosechados a Camanchaca, y que se hundió el miércoles 18 de octubre a 150 metros de la playa en el sector de Ensenada Ahoni, al sur del canal Yal, en la comuna de Chonchi, provincia de Chiloé, región de Los Lagos.
En la misiva, el ejecutivo salmonicultor solidariza con Camanchaca y CPT, y cuestiona las exigencias del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). Esto, junto con criticar a Greenpeace.
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En respuesta a Vial, el superintendente de la SMA, Cristián Franz (en la foto), también escribió una carta al director que a continuación reproducimos íntegramente:
«En primer lugar, es evidente que sus dichos surgen de su ignorancia con respecto a las gestiones que esta Superintendencia del Medio Ambiente ha realizado desde el día del incidente en adelante, tanto con otros servicios públicos como con las empresas involucradas en el tema. En efecto, este superintendente tuvo a los pocos días de ocurrido el hecho, una reunión de trabajo con el señor Jorge Fernández García, gerente general de la división de salmones de Camanchaca, empresa cuyos salmones iban en la nave que sufrió el accidente. En dicha reunión se le explicó al Sr. Fernández el rol de la SMA en este caso y nuestra mejor disposición a colaborar con ellos en la solución de los problemas, cosa que aconteció mediante la ampliación del plazo de la medida provisional justamente para permitir a la empresa y a los demás servicios operar con efectividad.
El Sr. Fernández agradeció en nombre de su empresa la buena disposición de este superintendente y ratificó su compromiso de llevar adelante todas las acciones que permitan resolver este incidente, sin efectos nocivos para el medio ambiente ni para la salud de las personas. Asimismo, nuestra jefa de la Oficina Regional de Puerto Montt ha recibido en nuestras dependencias en cuatro ocasiones a ejecutivos de la empresa Camanchaca y de CPT Empresas Marítimas, para coordinar la implementación de las distintas medidas solicitadas en nuestra medida provisional, como también se ha reunido en tres ocasiones con los operadores del centro afectado de Camanchaca («Pilpilehue») para determinar las acciones a seguir, todo con la debida coordinación con los demás servicios que han actuado conjuntamente a través de una mesa constituida especialmente al efecto.
Adicionalmente, el señor Vial repara en la actitud colaboradora de la autoridad marítima, pero critica la labor persecutora de Sernapesca y la SMA, casi a nivel de hostigamiento. En ese sentido, cabe señalar que el rol que la ley fija a las instituciones fiscalizadoras busca el resguardo del medio ambiente y de la salud de las personas, y que esta se ha ido perfeccionando tras los incidentes ambientales de los últimos años, como el bloom de algas o el virus ISA, donde se dotó a los actores públicos de mayor capacidad de fiscalización y control, para evitar la desidia de algunos actores privados cuando acontecen eventos como los señalados.
En este ámbito de acción, todas las acciones de seguimiento y control, incluyendo las medidas provisionales de la SMA, han sido construidas en base al trabajo interinstitucional, en el cual participa Sernapesca, la autoridad marítima, la autoridad sanitaria y la SMA. Por lo tanto, la intención del señor Vial, de generar la idea de actores públicos ‘buenos’ o ‘malos’, queda desvirtuada de plano.
Finalmente, y ante la pregunta de ‘¿qué pasa en Chile?’, que el Sr. Vial se plantea, le diría que lo que hoy sucede en el país es que este creció, se modernizó y sus estándares se han hecho mucho más exigentes, entre otras cosas, debido al ingreso del país al selecto grupo de países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Los negocios, y particularmente aquellos que son protagonistas de un mercado global, hace mucho rato que vienen internalizando la dimensión ambiental y social en su gestión y entienden que una empresa que no está a la altura de los estándares, más temprano que tarde termina siendo inviable. Lo que ocurre hoy en el país es que los empresarios modernos que tienen la mirada puesta en la sustentabilidad de sus negocios de cara al siglo XXI colaboran con la autoridad y se entienden con ella permanentemente, especialmente, cuando ocurren contingencias como la que afectó a Camanchaca, pues reconocen que este tipo de emergencias se solucionan con la colaboración de todos los actores involucrados, con buena disposición, con buena voluntad y de buena fe.
Para que pueda entender lo que sucede hoy en Chile, lo mejor que puede hacer el Sr. Vial es llamar al Sr. Fernández de Camanchaca y preguntarle qué experiencia ha tenido él con la Superintendencia del Medio Ambiente en esta emergencia».
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