Hasta hace unas décadas, se pensaba que los recursos del mar eran infinitos. En los años ’50, con la llegada de los barcos de pesca industrial, el hombre aumentó las capturas y amplió las zonas de pesca, llegando a todos los rincones del globo.
En 2000 se alcanzó el nivel máximo de capturas anuales de pescado, y desde entonces gran parte de los recursos pesqueros, más del 70% de acuerdo con el último informe de la FAO sobre el estado de la pesca y la acuicultura en 2016, están totalmente explotados. El aumento de la demanda mundial ha sido parcialmente compensado por un aumento en la producción de peces de cultivo. Sin embargo, la acuicultura puede tener un impacto negativo en el medio ambiente.
Pero en la vida cotidiana, ¿qué podemos hacer como consumidores y ciudadanos para ayudar a nuestros mares y a los seres vivos que los pueblan? A aquellos que no quieren renunciar al placer de disfrutar de una buena cena a base de pescado, a los amantes de las ensaladas de verano con atún, o a quienes compran los suplementos de omega-3, la etiqueta de certificación Friend of the Sea (Amigo del Mar) les permite identificar los productos de la pesca sustentable.
La organización sin fines de lucro Friend of the Sea es una iniciativa de origen italiano, que actualmente está presente en casi cien países del mundo. Nace de una idea de su fundador, Paolo Bray, director, además, desde hace más de 30 años, del proyecto Dolphin-Safe, a favor del atún capturado sin ningún riesgo para los mamíferos marinos. Con Friend of the Sea se han comprometido alrededor de 900 empresas de pesca, acuicultura, procesamiento y distribución en todos los continentes. En la actualidad estas compañías se someten a controles e inspecciones anuales realizados por organismos de certificación independientes, que a su vez son controlados por entidades de acreditación nacional.
Los productos de las empresas certificadas provienen de poblaciones de peces que no son explotados en exceso; pescados con métodos selectivos, que no capturan especies en peligro de extinción, sin generar un impacto insostenible en el fondo del mar, y respetando a los trabajadores y a las tripulaciones. «Alrededor del 35% de los productos sometidos a control no pasan la prueba. Las empresas que no respetan los criterios requeridos deben implementar medidas correctivas, sin lo cual no pueden obtener la certificación», explica Paolo Bray.
La certificación Friend of the Sea, que con el tiempo ha desarrollado diferentes estándares, se aplica a diversas especies ícticas y categorías de productos y servicios: desde los productos pesqueros de consumo habitual hasta los alimentos empleados en la cría de animales; desde los suplementos omega-3 para los que se utiliza pescado y krill, hasta las algas; desde los alimentos para mascotas hasta los peces ornamentales, y se emplea incluso para el servicio de transporte marítimo.
Para el consumidor es simple reconocer un producto certificado Friend of the Sea, entre aquellos que se encuentran en el estante o en el refrigerador de un supermercado: solo tiene que buscar el logotipo rojo y azul con el velero y las palabras Friend of the Sea. Normalmente estos productos no son más caros, y se pueden encontrar en casi todas las cadenas de supermercados y en un número de restaurantes cada vez mayor.
A través de la certificación, Friend of the Sea ha logrado alcanzar resultados significativos en materia de conservación. La biomasa de algunas poblaciones de peces ha vuelto a alcanzar un nivel sostenible. Se ha salvado de una muerte segura a aproximadamente 80.000 delfines y a 2.000 tiburones por año. Puertos y flotas han mejorado su gestión y reciclaje de residuos, eliminando sustancias nocivas para el ozono. Las empresas certificadas han mejorado el nivel de trabajo de la tripulación.
La asociación Friend of the Sea ha ido aún más lejos, apoyando proyectos de conservación de corales, delfines, albatros, tiburones, focas y ballenas. En Italia, la organización brinda su apoyo a un proyecto de reintroducción y repoblación del esturión del Adriático.
«La compra de productos alimenticios sostenibles certificados es un gesto cotidiano, que promueve el uso sostenible de los recursos y del medio ambiente», explica Paolo Bray. «Hace dos años ha comenzado, asimismo, el proyecto Friend of the Earth (Amigo de la Tierra) para la certificación de los productos procedentes de la agricultura y del cultivo de animales sostenibles. El número de productos certificados está en aumento, y en poco tiempo será fácil preparar una comida completa con productos sostenibles», sostiene Bray.
Para obtener más información sobre Friend of the Sea, sobre las empresas certificadas, y los proyectos de protección y conservación del hábitat marino, visite el sitio: http://www.friendofthesea.org/ES/index.asp. Para el proyecto de certificación de productos procedentes de la agricultura y del cultivo de animales sostenibles Friend of the Earth, visite www.friendoftheearth.org.