Con la certificación de 32 alumnos pertenecientes a los restaurantes La Aguada, Mar y Sol y Miramar, de Talcahuano, el proyecto «Biobío Capital Gastronómica Marina» impulsado por la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) culminó su etapa de instrucción en gastronomía y servicio. Fueron tres meses de capacitación en técnicas de cocina y protocolo, donde los beneficiados asistieron a clases teóricas y prácticas.
Las maestras, garzones y personal administrativo de estas pymes gastronómicas recibieron sus diplomas en una ceremonia realizada este martes 8 de agosto en el auditorio de Inacap, sede Concepción Talcahuano, a la que asistieron autoridades, representantes de la industria pesquera, académicos y familiares de los alumnos certificados.
«Biobío Capital Gastronómica Marina» es un proyecto que creó la Asipes con el propósito de contribuir al desarrollo de la gastronomía en la región y a la vez, aportar a la promoción de consumo de productos del mar, en especial el jurel y la jibia. La idea es trabajar colaborativamente con las municipalidades de las zonas de operación pesquera y una entidad experta a cargo de la capacitación, en este caso, Inacap.
La iniciativa piloto se desarrolló en Talcahuano, comuna en el que el municipio contribuyó a ubicar los locales beneficiados. Estos, a su vez, aceptaron el desafío, comprometiéndose a incorporar platos en base a jurel y jibia como productos gastronómicos marinos destacados dentro de su carta.
La presidenta de la Asipes, Macarena Cepeda Godoy, dijo que «hoy estamos culminando la primera etapa del programa en la comuna de Talcahuano y nos sentimos muy orgullosos con lo que se ha logrado, porque podemos apreciar que hay un antes y un después de la capacitación, para los restaurantes y sus trabajadores. Ellos están muy contentos por lo aprendido y para nuestro gremio es importante que poco a poco vayamos incluyendo los productos pesqueros en la mesa de los restaurantes para consumo del público. Ahora estamos con el foco en Talcahuano, pero esperamos replicarlo en las otras comunas costeras de la región para incorporar más pescados en la dieta de los chilenos y generar mejores puntos de venta que impacten el turismo y los ingresos de estos restaurantes y cocinerías”.
La ejecutiva aseguró también que la pesca industrial desarrolla «productos de gran calidad», que compiten en los mercados más exigentes del mundo, enfocados principalmente en el consumo humano directo, por lo que iniciativas de valor compartido como este proyecto continuarán creciendo en el sector.
Ana Luisa Gutiérrez, alumna beneficiada y propietaria del restaurante Miramar, destacó que «esta experiencia ha sido muy positiva y, por esto, agradecemos la oportunidad de haber participado. En cierta forma, nuestros negocios funcionan porque tenemos una larga trayectoria, pero esta capacitación nos ha mostrado técnicas y formas de mejorar nuestro trabajo que serán importantes para el desarrollo futuro de nuestros locales. Incorporar el jurel y la jibia nos parecía algo bien lejano en un comienzo; ahora sabemos que hay un enorme potencial en estos productos y los platos esperamos que sean de gusto de la gente, porque también están hechos con harta dedicación y cariño».