(El Mercurio) A 130 kilómetros de la costa de Coquimbo, el mar abierto se ha vuelto una zona controversial. La fundación canadiense Oceaneos quiere experimentar allí con hasta 10 toneladas de hierro para ver si esta «siembra oceánica» genera más fitoplancton, y así multiplicar la cantidad de peces.
Pero diversas agrupaciones de científicos no están de acuerdo. Luego que «El Mercurio» publicara, a comienzos de abril, una información sobre el proyecto, estos grupos dieron a conocer su rechazo en una carta al director de dicho medio. Posteriormente, AQUA informó sobre la posición de Oceaneos; y esta semana, la revista Nature llevó una nota sobre el tema y la polémica que ha desatado en el país.
Además, el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), el Núcleo Milenio de Conservación Marina (CCM), el Núcleo Milenio Centro para el Estudio de Forzantes Múltiples sobre Sistemas SocioEcológicos Marinos (Musels) y otras organizaciones científicas dieron a conocer un documento titulado «10 razones para no realizar una fertilización con hierro con fines comerciales en aguas marinas chilenas».
10 razones para NO fertilizar con hierro el mar en Chile #NoALaFertilizaciónConHierro – Favor RT pic.twitter.com/1iRZ9cibcs
— AlgaLab (@AlgaLab) 24 de mayo de 2017
Y este jueves 25 de mayo, en el marco del Congreso de Ciencias del Mar, que se lleva a cabo en Valparaíso (región de Valparaíso), se realizó un foro en el que se debatió si era conveniente o no fertilizar los océanos.
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«Este es un foro que tiene como objetivo llamar a la comunidad científica. La idea es debatir sobre un emprendimiento que tiene una empresa canadiense», dice Cristian Vargas, director de Musels e investigador asociado de IMO.
Oceaneos no participó en el foro, porque, según explicaron, se les redujo el tiempo de exposición de dos horas a 20 minutos. «Era ridículo para hablar de un proyecto tan complejo como este», dice Michael Riedijk, presidente de la fundación canadiense.
Falta evidencia
«El comienzo de la historia (de organizar el foro) fue la nota de ‘El Mercurio’. Nos llamó la atención la propuesta, porque la comunidad científica no tenía idea, o los que estaban informados eran muy pocos. Y pensamos que había que movilizarse para tener más antecedentes de lo que se quiere hacer. Además, la idea es entregarles herramientas científicas a las autoridades que están relacionadas con este tipo de autorizaciones (para llevar a cabo el experimento)», agrega Vargas.
Según los científicos, una de las razones para oponerse al proyecto es que los beneficios de la fertilización oceánica no tienen sustento concreto. «No hay evidencia de que el fitoplancton esté disminuyendo, al menos en la costa de Chile. Además, no hay ningún trabajo científico ni publicación que demuestre que la adición de hierro genere más peces», señala.
«También hay preocupación ambiental y por la forma como se debate este tipo de iniciativas a nivel nacional», dice Camila Fernández, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica francés y moderadora del foro.
De hecho, una de las diez razones para no realizar la fertilización con hierro que la comunidad científica enumera en su documento, es que puede provocar «un incremento de microalgas productoras de neurotoxinas como el domoico», además de la acidificación de aguas profundas.
«Ha habido mucha discusión sobre la marea roja, pero es sabido, con evidencia científica, que no puede existir ese efecto en el mar abierto profundo, lejos de las costas», dice Riedijk.
«Es muy dañino para la comunidad científica cuando científicos empiezan a censurar a otros científicos», agrega José Godoy, vicepresidente de Oceaneos, cuando se le pregunta por las críticas que han recibido.
Godoy agrega que lo que buscan es hacer un experimento en Coquimbo a pequeña escala. «Pero antes estamos haciendo diversos estudios en laboratorios, que van a ser publicados». Eso sí, dice que ya están en conversaciones con las autoridades para realizar el experimento en alta mar.
«Para hacer la ejecución en Chile, hay diversos pasos: uno es acercarse al Ministerio del Medio Ambiente, que ya lo hemos hecho. Y antes de entrar al mar hay que comunicarse con diversas entidades que protegen esa área», y añade que su equipo de abogados está en contacto con ellas.
También adelanta que en los próximos meses realizarán un seminario en Chile, al que invitarán a todos los actores involucrados.