La elección de Sebastián Piñera como nuevo Presidente de la República no dejó indiferentes a los dirigentes de la pesca artesanal, quienes recordaron de inmediato el primer mandato del empresario, específicamente el año 2011, cuando se discutía la ley de pesca, actual normativa que -según sostienen- beneficia a la industria, perjudicando a los pescadores tradicionales.
Así lo advirtió Sara Garrido, presidenta del Sindicato de Algueras de Coliumo, vocera de la Federación de Pescadores Artesanales del Biobío (Fedepes) y secretaria de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales (Conapach). «Muchos pescadores esperan que Piñera cumpla con lo que prometió respecto a la ley de pesca; pero yo soy escéptica respecto a una nueva discusión, ya que él ha reiterado que se trata de una buena ley. Además, en su campaña no habló de una nueva ley ni tampoco reconoció el contexto de corrupción en que esta ley se promulgó. Por tanto, veo lejano que se pueda dar una discusión en torno a la norma», enfatizó la dirigente.
En Tomé, comuna a la que Sara Garrido representa, el presidente electo obtuvo un 54,7% de los votos, frente a un 45,2% de Alejandro Guillier. Desde su visión, se trató de una derrota de la Nueva Mayoría y un descontento expresado también por los pescadores artesanales al actual gobierno, donde su mandataria Michelle Bachelet no cumplió con los compromisos de modificación a la ley de pesca, a pesar de ser compromisos de campaña.
El mismo análisis realizó el presidente de la Mesa Comunal de Pesca Artesanal de Lebu, Melchor Zeledón, quien manifestó que «la Nueva Mayoría se farreó la candidatura y su división los llevó a ese resultado». En Lebu, el derechista obtuvo el 50,4% de los votos, frente a un 49,5% de su contrincante.
No obstante este análisis, dijo el dirigente, hay una esperanza puesta en el gobierno nuevo. «Este escenario puede ayudarnos a llamar a la unidad de todos los compañeros y compañeras pescadores. Es una forma de levantar la lucha de verdad y enfrentarnos por una anulación, por una nueva ley de pesca; y de trabajar en un mismo sentir, canalizando este descontento en un interés común y no segmentado de la pesca artesanal», concluyó Zeledón.