La proliferación de ingredientes de origen vegetal, algal, insectos y otros fruto de la microbiología para reemplazar a la harina y aceite de pescado, han permitido a la industria acuícola ir ganando legitimidad entre los consumidores que cada vez exigen prácticas más sustentables.
Una de esas nuevas alternativas es AlgaPrime™, un ingrediente de microalgas que contiene el ácido graso omega-3 de cadena larga (ácido docosahexaenoico) y que recientemente ha sido galardonado con el Premio a la Innovación de la Alianza Global de la Acuicultura (GAA, por sus siglas en inglés).
El Dr. Walter Rakitsky (en la foto), quien es vicepresidente senior de negocios emergentes en TerraVia, comentó tras recibir el reconocimiento que AlgaPrime es una expresión de que la acuicultura es la forma «más responsable de producir proteínas para una creciente población global».
«Si vamos a crecer tendremos que encontrar nuevas fuentes de ingredientes para elaborar alimentos que realmente sean sustentables y no hagan del planeta un lugar peor para vivir», enfatiza el Dr. Rakitsky.
FFDR
Actualmente, AlgaPrime es un ingrediente clave en una dieta fabricada por BioMar que está siendo utilizada por Ventisqueros, salmonicultora que opera en Chile y la cual ha podido reducir a 0,5 kg la Tasa de Dependencia de Pesca Salvaje (FFDR, por sus siglas en inglés) en sus peces de cultivo.
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El Premio a la Innovación de la GAA de este año es un reconocimiento a los acuicultores que no solo se centran en el perfil nutricional de sus productos, sino también en el perfil de sustentabilidad. Es que la reducción de harina y aceite de pescado en las dietas salmonicultoras ha derivado en pescados que tienen menores niveles de ácidos grasos omega-3, como lo demostraron investigadores de la Universidad de Stirling (Escocia) el año pasado. En cambio, asegura el Dr. Rakitsky, la adición de AlgaPrime a las dietas permite a los productores diferenciarse de dos maneras.
«Una es por la métrica de la sustentabilidad, donde el FFDR puede ser inferior a 1, lo que evidencia su carácter de ‘proteína positiva’. Mientras que la otra enriquece de manera responsable los niveles de omega-3 a donde estaban hace solo unos años», sostiene Rakitsky en alusión al estudio de la Universidad de Stirling.
En definitiva, concluye el representante de TerraVia, la industria del salmón «está encontrando un punto de equilibrio en términos de cuánta harina y aceite de pescado puede utilizar».
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