El Fondo de Administración Pesquero (FAP) de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) abrió una licitación encaminada a probar la eficiencia de dispositivos sonoros para ahuyentar al lobo marino, sin causarle daño.
Los equipos de ultrasonido serán testeados en caletas de pescadores artesanales ubicadas en tres regiones del país: Tarapacá (Cavancha), O’Higgins (Pichilemu) y Los Lagos (Calbuco).
La iniciativa forma parte de las medidas dispuestas por el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Eduardo Riquelme, para enfrentar las complicaciones que el lobo genera al sector artesanal.
Pescadores de distintas zonas del país reportan periódicamente casos de ejemplares que se alimentan de sus capturas, estropean redes e, incluso, hunden sus embarcaciones. Últimamente, además, se informó sobre ataques a un pescador y a cisnes de cuello negro, en la zona norte y en Valdivia, respectivamente.
El propósito de la licitación abierta por el FAP, que contempla recursos por $140 millones, es contratar los servicios de una consultora que efectúe pruebas en terreno con los dispositivos sonoros y concluya si esos equipos son o no útiles para alejar al animal de las faenas pesqueras.
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“Buscar una salida a los problemas que genera este animal es prioritario. En la configuración de la fórmula más eficiente, será clave la ayuda brindada por los propios afectados con el aporte de sus ideas”, destacó el director ejecutivo del FAP, Luis Felipe Muñoz.
Las pruebas con los dispositivos de ultrasonido se suman a otras estrategias dispuestas por el subsecretario Riquelme para encarar el probema: un concurso de ideas en el que participan pescadores de todo el país, un manual de buenas prácticas dirigido al sector artesanal, y el testeo de viradores (mecanismos para levantar los espineles), se cuentan entre ellas. En algunas de las iniciativas, participa activamente el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), liderado por Alicia Gallardo.
Una veda extractiva y convenciones internacionales suscritas por Chile protegen actualmente al lobo marino, que carece de un predador natural y se reproduce a discreción. El último censo disponible indica que en el país hay unos 200 mil de estos animales, pero estimaciones de expertos sugieren que la cifra podría ser aún mayor.