Protegido por una veda desde hace 28 años, el lobo marino ha aprendido a distinguir el sonido del motor de las embarcaciones pesqueras cuando salen al mar. En busca de alimento, las persiguen, atacando redes y robando toda la pesca, lo que ha puesto en peligro el trabajo de quienes viven de esta actividad.
Con cerca del 40% de la población mundial de lobos marinos comunes en las costas chilenas -equivalente a más de 200.000 ejemplares- estos mamíferos están poniendo en peligro el sustento económico de los pescadores locales, que acusan que su extendida veda ha permitido su proliferación en caletas y muelles del país, subrayó la agencia de noticias AFP.
Vea a continuación la nota del citado medio de prensa:
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